La nueva guía clínica aconseja revisar la presión arterial a los tres años, ante el aumento de la obesidad infantil
SOCIEDAD
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Los endocrinos alertan de que la creciente epidemia de obesidad está provocando la aparición de enfermedades de adultos en niños y cada vez a edades más tempranas
25 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los endocrinos hace ya tiempo que lanzaron la alerta: la creciente epidemia de obesidad infantil está provocando la aparición de enfermedades de adultos en niños y cada vez a edades más tempranas. Por las consultas de los especialistas se observan en mayor medida a pequeños con la tensión arterial alta, diabetes tipo II o alteración de los lípidos, una consecuencia directa del sobrepeso, lo que los convierte en firmes candidatos a padecer enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. Una de las grandes amenazas es la hipertensión, un problema que ha llevado a la Sociedad Europea de Hipertensión a recomendar en la guía clínica que acaban de actualizar, que sirve de base para el manejo de los pacientes por parte de los profesionales, que la presión arterial se controle a partir de los tres años.
En realidad este consejo ya estaba incluido en el documento de consenso europeo alcanzado en el 2009, pero lo que entonces podía parecer un exceso se ha demostrado que es una absoluta necesidad, de ahí que ahora se vuelva a incidir, con mayor fuerza aún, en la importancia de medir este parámetro. «Los datos que hemos observado en los últimos años nos han dado la razón y se reafirma la necesidad de controlar la presión arterial a partir de los tres años», explica Empar Lurbe, investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CiberOBN) y coordinadora de la actualización de la guía clínica, que se acaba de presentar y en la que se establecen las directrices para el manejo de la patología en niños y adolescentes.
La hipertensión puede aparecer en niños que tengan patologías de base, como enfermedad renal o una cardiopatía congénita, que es lo que provoca la presión alta de las arterias. Pero, además de para evaluar la población infantil que responda a este parámetro, el control es importante porque cada vez hay un mayor número de casos en los que no existe una causa previa, sino que la alteración responde directamente a la obesidad. Este factor es, de hecho, el que ha disparado el problema. En la guía se aconseja a los médicos que promuevan entre sus pacientes un estilo de vida saludable. Solo si no funciona se recomienda la medicación.