Cómo entender cuando el pasado lejano es el único recuerdo

Carmo López REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Fundación 'La Caixa' colabora con Agadea en la ayuda a cuidadores de enfermos de alzhéimer

13 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El alzhéimer convierte esas pequeñas lagunas que salpican la memoria en un profundo agujero negro que avanza cada día un poco más. Para los que cuidan de estos enfermos, comprender cómo funciona su mente o la de los que padecen otro tipo de demencias es una labor comparable a la de un alpinista que cada día va agarrándose a pequeños salientes para intentar llegar a la cumbre de la montaña. Hay momentos en los que desesperan, que creen que no pueden más, que tienen que parar.

Para ayudarles a continuar está el proyecto Grupo de Axuda Mutua para Coidadores ou Familiares de la Asociación Galega de Axuda ós Enfermos con Demencias tipo Alzheimer (Agadea) con el que la Obra Social 'La Caixa' colabora y al que ha destinado una ayuda de 10.000 euros

Apoyo mutuo

Hace años que Agadea pone en contacto a familiares o cuidadores de fuera del hogar de estas personas para que, juntos, continúen subiendo esa angosta montaña que es observar cómo la mente de alguien a quien quieres va deteriorándose hasta el punto de no poder recordar ni el nombre. «El objetivo es aliviar la sobrecarga que cuidadores y familiares tienen que soportar. Por eso hacemos grupos donde cada uno comparte su experiencia», explica una de las trabajadoras sociales que llevan el programa, Lucía Fandiño.

«A veces -añade- no entienden que puedan recordar cosas que han ocurrido hace muchos años, pero en cambio no lo que acaban de comer». Porque una de las consecuencias comunes en patologías de este tipo es la pérdida de memoria de corto plazo.

«Normalmente quieren escapar para regresar a la casa en la que nacieron, es bastante común. O preguntan por sus padres. Pero, en cambio, no son capaces de recordar algo que han hecho por la mañana», indica esta trabajadora social.

Las familias y los cuidadores que acuden a este programa pueden compartir todo ese abanico de experiencias. Hacerlo permite que vean que no están solos durante toda la escalada, que el suyo no es el único caso.

Pero además desahogarse resulta un respiro mental para poder continuar trabajando y apoyando a ese familiar para el que la memoria a largo plazo se ha convertido en el único recuerdo que tienen.