Caseros de comerciantes de Santiago llamaron el primer día laborable del confinamiento para anunciarles que les condonaban la renta o que les aplicaban descuentos en la cuota
24 mar 2020 . Actualizado a las 01:39 h.«Aún me emociono al recordar la llamada de mi casera. No esperó a que nadie le dijera nada. Llamó el primer día y me dijo que me olvidará del alquiler de abril. Es una muestra más de que es una persona excepcional». Así se expresa Natalia Budiño, de Os Mundo de Carlota, la librería que llenó nuevamente el local de una ferretería que había cerrado hace unos años en San Pedro. No es la única comerciante de Santiago a la que le perdonarán la renta del próximo mes, ante la pérdida de ingresos al verse obligados a cerrar por la alerta sanitaria.
Otros dos negocios, también en San Pedro, verán reducido el alquiler correspondiente a abril y mayo. El comercio de artesanía Como Pez en el Agua y la heladería Xearte Brigitte abonarán un 25 % menos de renta durante los dos próximos meses. En ambos casos, fue la casera quien llamó a los inquilinos. «Sin que yo le dijera nada, y por eso tiene todavía más mérito», explica Leonor Díaz, de Como Pez en el Agua. «Me mandaron un correo electrónico y sentí un alivio difícil de explicar. Al final, es la sociedad civil la que sale con rapidez al auxilio de la gente». Para Leonor, lo peor del cierre comercial «es la incertidumbre, porque no sabemos por cuánto tiempo será. En estas circunstancias, aunque tengo tienda on-line no se reciben pedidos. La gente no va a gastar en artesanía. Mis clientes son personas con consciencia de consumo responsable. Estoy muy preocupada por lo que pasará después. La tienda va a cumplir 15 años. No quiero perderlo todo», confiesa. Una de las cuestiones que más horas de sueño le quita estos días son los «otros pagos a la Administración. Las asesorías están mirando la letra pequeña para saber hasta dónde podemos aguantar», revela.
Brígida Hermida Ferro, de la heladería, considera que «más que la cantidad que suponga el 25 % de los dos meses, es el detalle y la inyección de ánimo que sentí al recibir la llamada». Brígida sabe que el caso de su casera no es el único de Santiago. «Por eso confío en que siga copiándose el ejemplo». A esta comerciante la crisis sanitaria la pilló «en el inicio de la temporada. Para san José tenía previsto contratar a una chica para el comercio, y ya quedó anulado. Yo soy autónoma, y según el tiempo que se prolongue podré seguir o no. Este es un negocio estacional, y la Semana Santa está perdida», lamenta. Las tres beneficiadas coinciden en que este tipo de gestos «inyectan moral. Pero todos tenemos que ser conscientes de la situación y asumir conductas que favorezcan al entorno», apostilla Natali Budiño. En su caso, «suspendimos todas las actividades, porque no somos una librería más, y cuando todo termine tendré que volver a pelear para salir adelante». Natali decidió no mantener las ventas por Internet: «No quiero que por mi culpa otras personas estén en peligro. No me sobra el dinero. Me hace falta, y me vendría bien, pero los repartidores están en la calle expuestos».
Natali se pregunta que «dado que hoy prácticamente todo llega por correo, y se tiende a reducir el consumo, qué necesidad hay de que los carteros estén por la calle. ¿De verdad no es posible esperar?», plantea.
Natali, Leonor y Brígida esperan que el ejemplo de sus caseras cunda en otros propietarios de locales de la ciudad. «¿De qué servirá cobrar ahora un mes de renta cuando no tenemos ingresos y debemos hacer frente a pagos e impuestos? Si nos ayudan puede que se evite el cierre definitivo en unos meses».
Manuel Villar no pagará el alquiler de Sigüeiro y su familia no cobrará por un local de Vigo
Manuel Villar pertenece a una de las familias con más historia comercial de la ciudad. Su red de jugueterías se extiende tanto por Santiago como por Oroso y Ames, con tiendas en Sigüeiro, Bertamiráns y Milladoiro. El pasado lunes se vio «gratamente sorprendido por la llamada del dueño del local de Sigüeiro, que me dijo que no iban a pasar el siguiente recibo del alquiler», comenta. La sorpresa, dice, fue mayor «porque justo hicimos nosotros lo mismo con un gimnasio en Vigo. El local no es solo mío, sino de varios familiares, e hicimos lo mismo. A mi perdonan y nosotros perdonamos. Mientras esté cerrado, no paga. Es una cadena de solidaridad».
Camino de un ERTE
Villar asume que la situación económica del comercio se presenta «muy complicada». «Entiendo que puede haber personas que dependan del alquiler de un local para completar su renta mensual, pero sin ingresos no se puede hacer frente a todo», defiende. Recalca que «la mayoría, si esto se prolonga mucho, estaremos abocados a un ERTE. Los comerciantes podemos aguantar unos días, pero sabemos que no va ser cosa de 15 días».
Algo que comparten todos los comerciantes consultados es que «tras el confinamiento la gente no va a salir a la calle como loca a comprar. Estoy segura de que la recuperación será lenta, porque no creo que la gente vuelva a consumir con normalidad. El miedo queda. Algunos comercios no volverán a abrir, y yo espero no estar entre ellos», razona Natali, de Os Mundos de Carlota. Villar también vaticina que «arrancar el motor de la economía y recuperar la confianza llevará tiempo. Y tampoco estábamos tan arriba».
Desde la Asociación de Veciños Raigame, del Ensanche, se ha pedido a los propietarios, tanto de locales como de pisos, que colaboren con los comerciantes y con los vecinos perdonando o reduciendo las rentas de los locales cerrados por el estado de alarma. Y también a las familias, que se verán afectadas por los despidos como consecuencia del freno en la actividad comercial en prácticamente toda la ciudad.