La demanda asistencial por infecciones respiratorias es alta en todos los hospitales gallegos. El de Barbanza lleva días trasladando enfermos al de Santiago y el de Vigo está alcanzando «cifras históricas», revela la urgencióloga Maite Maza. «La del día 25 fue una guardia con un flujo de pacientes muy difícilmente asumible, por momentos con carencias tanto de espacios como de dispositivos de inhalación —detalla—. Los compañeros están trabajando en unas condiciones muy duras. En general, en toda Galicia nos estamos viendo desbordados».
Confirman desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias que después de un año en el que la gripe se adelantó al otoño se está recuperando el carácter estacional, que la positividad del tipo A está siendo «altísima» —en el Álvaro Cunqueiro, el 60 % de los test realizados— y que, efectivamente, el covid se ha contenido mucho. «El mensaje es que la gente sea muy cauta, que minimice los contactos en lugares cerrados si hay síntomas respiratorios y que piense en el bienestar de sus seres queridos, porque esto se nos va de las manos —avisa Maza—. Las próximas semanas, tras estos días de tanta movilidad y reuniones, se prevén complicadas; está siendo explosivo».
No solo las urgencias de los hospitales acusan el incremento de casos, que desde el Centro Nacional de Gripe de Valladolid auguran que va para largo. «La actividad seguirá creciendo a lo largo de las próximas semanas», calcula su director, el microbiólogo mindoniense José María Eiros. La atención primaria gallega no da abasto. Además de la sobrecarga en las consultas, sus urgencias llevan días tensionadas, denuncia Lorenzo Armenteros, médico de familia en Lugo y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG): «En los centros de salud puede haber una limitada lista de espera para la patología no urgente, pero durante estos festivos estos servicios de puerta de acceso libre estuvieron totalmente saturados».