Graban a un orangután de Sumatra que se curó una herida en la cara con una planta medicinal masticada

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El orangután Rakus con la herida abierta (izquierda) y completamente curado un mes después (derecha)
El orangután Rakus con la herida abierta (izquierda) y completamente curado un mes después (derecha) Armas / Safruddin

El animal se aplicó el ungüento de vegetales y saliva en la zona afectada durante siete minutos, la lesión se cerró en cinco días y un mes después había cicatrizado por completo

03 may 2024 . Actualizado a las 08:07 h.

Para la comunidad científica era conocido que algunos animales se hacen tratamientos para curar enfermedades, como por ejemplo comer determinados tipo de plantas para aliviar molestias digestivas. Pero ahora se ha constatado, y además con pruebas de vídeo, que incluso pueden curarse heridas recientes.

Investigadores del Suaq Balimbing, en el Parque Nacional Gunung Leuser, en Indonesia, han observado como Rakus, un orangután macho de Sumatra (Pongo abelii) que vive en estado salvaje, se ha curado una herida en la cara con una especie de pomada que él mismo fabricó masticando akar kuning (Fibraurea tinctoria), una planta trepadora muy utilizada en la medicina tradicional.

Con anterioridad a este hallazgo, se había observado que algunos primates tragaban, masticaban o frotaban contra su cuerpo plantas medicinales, pero nunca se había constatado su aplicación sobre heridas recientes hasta junio del 2022, que fue cuando se produjeron los hechos ahora recogidos en un artículo que publica la revista Scientific Reports.

El equipo encabezado por Isabelle Laumer pudo comprobar como Rakus masticaba el tallo y las hojas de akar kuning, la planta que en la medicina tradicional de la zona y de otros puntos del planeta se emplea para tratar heridas y enfermedades como la disentería, la diabetes o la malaria. Una vez masticada esa planta trepadora obtuvo un líquido que, como si de una pomada se tratase, fue aplicando directamente sobre la herida que había sufrido en su mejilla derecha tres días antes. Repitió la operación durante siete minutos untando las hojas masticadas sobre la zona lesionada hasta que estuvo completamente cubierta y siguió comiendo de esa planta durante otra medida hora.

El orangután, tal como constatan los investigadores, no presentó signo alguno de infección. A los cinco días, la herida se había cerrado y un mes después estaba curada por completo.

Lo que lleva a los científicos a plantear una intencionalidad por parte del primate es que se frotó las hojas en la zona afectada y no por otras partes del cuerpo. Además, las propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas y antioxidantes de la akar kuning están contrastadas desde hace mucho tiempo, con lo que tiene sentido que haya podido contribuir a reducir el dolor y la inflamación que sufría el animal. En cambio, los científicos desconocen si es la primera vez que lo hace o si podría haber aprendido previamente de otros orangutanes de su entorno. No han podido observar más casos, pero porque tampoco es nada habitual ver orangutanes heridos en ese parque natural.

Si como parece Rakus se trató su herida de manera intencional, cobra fuerza la teoría de que este comportamiento curativo pudo surgir en algún antepasado común de los humanos y los grandes simios.