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Una orca madre y su cría, la pesadilla de veleros y yates

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

SOMOS MAR

ramón chouciño

Ambos cetáceos, de la población del Estrecho, serían los protagonistas de siete de las últimas interacciones registradas en Portugal y Galicia

08 oct 2021 . Actualizado a las 04:47 h.

Son dos orcas. Una de ellas, una cría de unos tres metros de longitud y de la que los biólogos no han podido determinar todavía su sexo. Junto a ella, un ejemplar hembra que ronda los cinco metros y que todavía no habría alcanzado su plena madurez. Y según apuntaron los expertos y varios testigos, son las causantes de las últimas siete interacciones registradas en Portugal y Galicia.

Como otros muchos grupos de orcas, estos dos mamíferos empezaron a mediados de verano su tradicional peregrinación desde el estrecho hacia el norte siguiendo los suculentos bancos de atún. Los biólogos les atribuyen varias interacciones con veleros y yates que transitan por aguas del Atlántico. En concreto, se les vincula con un primer incidente ocurrido con embarcaciones en Sines y Peniche, en Portugal. Posteriormente, ya en aguas gallegas se les vincula con el encontronazo con una embarcación británica, el Extra Mille, cuya tripulación precisó de ayuda por parte de Salvamento Marítimo debido a la rotura del timón, cuando se encontraba el pasado día 30 de septiembre a escasas cinco millas de la costa de A Guarda. También de los problemas que otros yates y veleros sufrieron en las inmediaciones de la isla de Ons y Sálvora, entre 24 y 48 horas después del percance de A Guarda.

En su periplo hacia el norte, estos dos ejemplares fueron vistos acompañando a un velero durante su trayecto frente a las islas Sisargas de Malpica, aunque en esta ocasión no hubo que lamentar daños.

En la Costa da Morte

Esta madre y su cría parecen haberle cogido gusto a la Costa da Morte, porque el pasado lunes seis navegantes finlandesas tuvieron que ser remolcadas en plena noche por la embarcación con base en Camariñas Salvamar Altair cuando el velero de 13 metros de eslora en el que viajaban en dirección a Portugal se quedó sin gobierno debido a la rotura del timón. Tras cinco horas de operativo, el velero quedó amarrado en el puerto de Fisterra a la espera de ser reparado.

Apenas 20 horas después del susto sufrido por la tripulación finesa del Clarissa, se produjo otro avistamiento de estos dos cetáceos. Ocurrió sobre las siete de la tarde del martes en las inmediaciones del litoral larachés, a unas tres millas de la playa de As Salseiras de Caión, cuando la tripulación del cerquero Praia de Arou, que navegaba en dirección a Malpica, se encontró de frente con dos cetáceos: una hembra de unos cinco metros de longitud y un ejemplar más pequeño, que todo apunta a su cría, porque copiaba los movimientos del cetáceo más grande. En este caso, no hubo que lamentar incidencia alguna, pero los tripulantes destacaron las grandes dimensiones del ejemplar más adulto.

Sobre el motivo que lleva a las orcas a interactuar con algunas embarcaciones, desde la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) explicaron ayer que se desconocen los motivos, que estudian en el grupo Orca Ibérica. Sí señalaron que es habitual en esta época del año ver a grupos de cetáceos cerca de la costa en dirección al norte, procedentes del estrecho, persiguiendo los bancos de atunes. Ahora bien, las causas que les mueve acercarse a los barcos continúan siendo tan solo hipótesis y no existe argumento científico alguno que lo avale.