La viguesa Marta Larralde triunfa en «Gran Hotel», la serie en la que interpreta a Belén, un personaje clave en la trama que le ha reportado todo el prestigio que ya se intuía en trabajos como los que realizó en «Lena» o «León y Olvido»
13 ene 2013 . Actualizado a las 12:24 h.«Madrid me encanta, pero mi corazón está en Vigo». En tiempos de intemperie cultural, Marta Larralde (Vigo, 1981) tiene un hotel para cobijarse y dar rienda suelta al mucho talento artístico que atesora. Ese Gran Hotel, la exitosa serie de Antena 3 en la que interpreta a Belén, que sacude el interés de millones de seguidores hasta el punto de que, a veces, por la calle la llaman por su nombre ficticio y le piden que sea más buena, es ahora su ancla profesional. Pero la viguesa que sorprendió y enamoró con su primer papel en Lena, película gallega de Gonzalo Tapia, nunca está quieta. Vive en Madrid con un ojo en su tierra, mantiene desde hace años una intensísima actividad de formación con maestros como David Amitín, Juan Carlos Corazza o Fernando Piernas, además de otras incursiones en la escuela estadounidense.
Y, entre medias, aún muy joven, tiene un par de cortos en cartera, una interpretación inminente en Microteatro por Dinero, la hiperactiva sala madrileña, y detrás, una quincena de películas, una decena de obras de teatro, presencias destacadas en series de televisión como Hospital Central y un pasado de guionista, e incluso de ayudante de dirección en Los lunes al Sol, la ya mítica película de Fernando León. Estudió Imagen y Sonido en Vigo y fue allí donde se despertó su pasión interpretativa, cuando hacía falta que alguien se pusiera delante de las cámaras para realizar las prácticas. Nadie quería y ella quiso. Y así nació una actriz llamada Marta Larralde, que ahora trabaja con actores de la talla de Concha Velasco o el desaparecido Juan Luis Galiardo.
Desde las películas Lena (2001), o León y Olvido (2004), con la que obtuvo varios premios a mejor actriz, su empeño en formarse no se ha detenido. Estamos en el 2013 y mantiene este espíritu.
-¿Cómo ve su futuro de actriz y su carrera en sí?
-Pienso, desde siempre, que la interpretación es un oficio en continuo aprendizaje. Hay una cosa que es la técnica y, aunque tengas mucha intuición, siempre te va a venir bien la formación. Yo intento no acercarme yo al personaje, sino encontrar el cómo acercarlo a mí.
-Pese a todo ha hecho diferentes papeles, en diferentes formatos, y siempre destacan lo bien que lo hace. ¿Siente que está en el proceso de ser una gran actriz?
-Me gustaría. Lo que sí puedo prometer es estar al cien por cien, mental y físicamente. En la tele, por ejemplo, hay que repetir muchas escenas y necesito conocer la técnica y estar muy bien porque es muy exigente.
-¿Cansa la televisión, sobre todo en una serie como «Gran Hotel», que está teniendo tanta repercusión? ¿Tiene ganas de hacer otras cosas?
-A mí no, y más teniendo en cuenta cómo están las cosas. Me veo con fuerzas y pienso que podría con todo. De hecho, por ejemplo, además de mi participación ahora en Microteatro por Dinero, en Madrid, tengo algo interesante y curioso y es un corto que rodé en diciembre que se titula No hace falta que me lo digas y que está escrito y dirigido por los hermanos Montejo, ayudantes de dirección de la serie Gran Hotel, y producido entre otros por Amaia Salamanca y Eloy Azorín, y me hace mucha ilusión que mis compis apoyen el cortometraje.
-¿Cómo recuerda sus principios, antes de que llegaran los grandes nombres y papeles a su vida? ¿Tenía claro que iba a ser actriz?
-¡No! En la Escuela de Imagen y Sonido hacíamos cortos o programas y yo era la que se atrevía a ponerse delante de la cámara. Antes, de pequeña, yo era bastante payasa. La que contaba los chistes, cantaba o bailaba. Ahora me pasa lo contrario.
-Y cuando llegó «Lena», ¿cómo se tomó lo que, en realidad, iba a ser su profesión?
-Fue mi padre el que me animó al ver un anuncio en el que buscaban una chica para la película. Cuando me seleccionaron y comencé a rodar me dijeron que interpretar era un juego. Tengo un gran recuerdo. Era un papel fácil, porque era parecida a mí. Luego, nunca pensé que fuera una profesión fácil. Pienso que es un trabajo de fondo, en el que hay que pasar por diferentes momentos, algunos malos. Pero es un trabajo tan bonito que ahora no quiero otra cosa. Cuando creces como profesional, puedes vivir la experiencia de personajes maravillosos.
-¿Cuando está en Galicia, quién es usted, Marta Larralde, actriz, o una chica normal de Vigo?
-Las dos cosas. El otro día en Vigo me dijeron: «¿Pero tú qué haces aquí?». Antes me conocían más por Lena, pero ahora siempre es por Gran Hotel. Cuando estoy en mi tierra me gusta disfrutar de todo, de mi familia, mis amigos, la ciudad? Hay gente que te reconoce y te habla como si fueras el personaje, pero me tratan con mucho respeto. Me dicen: «¡Pero qué mala eres?!». Yo defiendo un poco al personaje? Hay que pensar que en la televisión te ven desde su salón, desde la cama. Estás metido en su casa.
-¿Por dónde se pierde cuando está en Vigo?
-Por algún lugar cerca del mar. Pero también me gusta disfrutar de la gente y de las calles, de los bares. Tomar algo con los amigos y charlar de todo, no solo de películas o de mi trabajo. Me gusta saber cómo están los demás.
-Desde sus primeros años en Madrid, ¿sigue añorando las mismas cosas de su vida anterior?
-Al principio, era todo extraño y te sientes más sola. Eres más joven, tienes que aprender muchas cosas y surgen dudas. Pero he tenido suerte, porque nunca me he parado.
-¿Y cómo se echa de menos Galicia en Madrid?
-Pues se la echa de menos muchísimo. Madrid me encanta, pero mi corazón está en Vigo.
-¿Y si hay morriña?
-Pues a veces voy a un gallego a tomar un laconcito, o un caldo gallego. En mi casa hasta tengo unas fotos de las Cíes, para mirarlas cuando echo de menos Galicia o a mi familia.
-¿Qué se lleva sí o sí cuando está de viaje?
-Siempre unas zapatillas de correr y un buen libro. ¡Ah! Y ahora, por supuesto, los guiones de Gran Hotel.
-¿Y si no hubiera sido actriz, se imagina en otro trabajo? ¿Qué quería ser de pequeña?
-Ahora mismo no me imagino con otro trabajo que el de actriz. De pequeña, como todo el mundo, quise ser astronauta, detective y bombero.
-De los tiempos de guionista, ayudante de dirección y productora, ¿queda alguna cuenta pendiente?
-Todo eso surgió cuando no estaba tan claro que fuera a ser actriz. Tal vez, en el futuro, pero ahora mismo estoy centrada en mi carrera.