Cuando el «Grand Prix del verano» y Ramón García arrasaban en toda España

La Voz REDACCIÓN

TELEVISIÓN

«Días de tele», el espacio de TVE dedicado a la televisión, recuerda al programa que reunía a las familias todos los veranos

22 feb 2023 . Actualizado a las 18:21 h.

Días de tele, el espacio de TVE dedicado a la televisión, recuerda esta noche a ese programa que, durante muchos veranos, unía a toda la familia frente al televisor, el Grand Prix del verano, que dio notoriedad a muchos pueblos de España y cuyo estreno fue un acontecimiento nacional. El programa de Julia Otero evocará este título mítico. Pablo González Batista repasará sus grandes momentos junto a su protagonista y presentador, Ramón García, y con una de sus fans confesas, la gallega Carolina Iglesias. Además, Julia Otero contará con invitados como la escritora Elvira Lindo, la gimnasta Almudena Cid y el actor Antonio de la Torre.

El Grand Prix del verano fue uno de tantos experimentos que las cadenas de televisión estrenaban en ese campo de pruebas que es la programación estival. Y, en este caso, el éxito fue rotundo.

Pero, aunque casi nadie lo recordará, ni el Grand Prix era un formato original de España ni tampoco se llamaba así inicialmente. El programa era, en realidad, una versión de otro a nivel europeo en el que TVE llevaba años participando: hablamos de Juegos sin fronteras, un programa también veraniego con una serie de pruebas en las que participaban equipos cuyos miembros eran todos de la misma localidad. Como curiosidad, en la primera edición en la que concursó España, la del año de 1988, A Coruña fue una de las ciudades participantes.

No fue hasta bastantes años después cuando TVE decidió probar suerte con una versión nacional de ese concurso, presentado desde sus inicios por Ramón García, y con una particularidad: los 4 pueblos participantes debían ser de menos de 5.000 habitantes. Pero en ese verano de 1995 en el que se estrenó, su nombre, aunque veraniego, todavía no era el que todos conocemos. Se le llamó inicialmente Cuando calienta el sol, un título que le duró solamente ese verano.

El año siguiente llegó ya el nombre definitivo, Grand Prix del verano, y ahí comenzó la leyenda de un programa que traía consigo el olor y el color de la época estival y que nos reunió a muchos en familia frente al televisor. Los cuatro municipios, apadrinados cada uno por un famoso, debían batirse en duelo en una gran cantidad de pruebas. Pruebas en la piscina, yincanas con los trajes más incómodos posibles, la siempre osada vaquilla o algunas tan sencillas —pero que tanto nos marcaron a todos— como la tensa y divertida patata caliente. En ella, los alcaldes de los pueblos y los padrinos famosos tenían que acertar una cifra sobre un tema concreto para poder pasarle la «patata» —un globo que no paraba de hincharse— al rival hasta que esta explotase.

El Grand Prix del verano marcó a toda una generación de espectadores; no en vano se emitió, año tras año, y con Ramón García demostrando que había nacido para eso, desde ese 1995 hasta el 2005, y dándole a La 1 cifras espectaculares de audiencia, de esas impensables ya hoy en día, en la era del streaming. Ese año, Ramón García y TVE rompieron su relación, lo que fue, sin duda, la estocada definitiva para el formato, y los veranos ya no volvieron a ser los mismos. La productora probó suerte con las televisiones autonómicas, y con Bertín Osborne como conductor, pero con audiencias mucho más modestas. Solo tres veranos después, el formato se canceló. A las cadenas no les compensaba el alto coste de producción.

El Grand Prix no solo era un concurso divertido, también era una gran ventana a esa España normalmente olvidada por las televisiones, la de los pequeños pueblos. Verano tras verano, los espectadores de TVE mejoraban sus conocimientos de geografía española, y pueblos como Puertomingalvo, Villarrubia de los Ojos, El Bonillo o Gerindote dejaron de ser unos completos desconocidos.