La Galaxy Tab S es el enésimo intento de los surcoreanos de arañar cuota de mercado en un segmento dominado por el iPad
10 jul 2014 . Actualizado a las 19:53 h.El mundo de las nuevas tecnologías es como Juego de Tronos. Quitando el excesivo derramamiento de sangre y la cantidad ingente de sexo, el resto de ingredientes de la ficción medieval por excelencia, es decir traiciones, conspiraciones y guerras de poder, parecen que se adaptan como un guante a los desencuentros a medio camino entre Silicon Valley y los gigantes asiáticos. Una especie de guerra fría del siglo XXI, con las patentes y las innovaciones por bandera, que tuvo uno de sus primeros capítulos en los años 70 y 80 protagonizado por Steve Jobs y Bill Gates. Una disputa entre Apple y Microsoft que empezó siendo amistad, se desarrolló como enemigos y terminó convirtiéndose en una relación por conveniencia en la que ambas partes se dieron cuenta que estaban obligados a entenderse, tarde o temprano. Y desde entonces, las pequeñas batallas para ganar una guerra sin fin se han ido produciendo a lo largo de los años sin un claro y absoluto vencedor. Bueno, en realidad, el triunfador de cada contienda se determina a través de la lente y punto de vista con el que se mire. En estas historias, al final, no hay ni buenos ni malos, solo una lucha de poder por posicionarse y lograr dominar el mundo de las nuevas tecnologías. Y en esas andan Samsung y Apple en la actualidad. Las dos compañías, la de Cupertino y la surcoreana, son, hoy por hoy, los dos actores punteros en el ámbito de smartphones, tablets y ordenadores. Aunque eso no quiere decir que sean los únicos, es más, en medio de esta guerra fría de las patentes que mueve el mundo, la empresa fundada por Steve Jobs ya se las vio en el juzgado con Motorola y HTC.
Y es que si la empresa de la manzana mordida tiene su iPhone, los asiáticos tienen a su Galaxy. Tantos aspectos similares encontraron en California entre ambos móviles, y en otros dispositivos, que no se lo pensaron dos veces al denunciar a sus vecinos del otro lado del Pacífico por robo de propiedad intelectual allá por el año 2012. Y se abrió la veda ya que llegaron a abrir más de 50 juicios en todo el mundo en un par de meses, ya que la firma estadounidense consideraba que su rival no solo había copiado su tecnología sino que también se había agenciado millones de dólares y euros por ello. Sin un claro vencedor -Apple ganó en Estados Unidos y Samsung en Corea del Sur, Japón y Reino Unido-, en el 2014 ambos conglomerados se han vuelto a dar cita en la corte por cinco patentes básicas. Cuestión de orgullo, de honor o de patentes, las compañías se disputan ahora de quien fue la idea inicial de deslizar el dedo para desbloquear, la sincronización de datos, la unificación de búsquedas, la función de autocompletar palabras y las características propias de la marcación a partir de la agenda. Mientras se deciden y ya piensan otros frentes en los que guerrear, ambas se dedican a lanzarse pullitas con los medios de comunicación como principales testigos. La última en golpear ha sido la marca surcoreana con un anuncio en el que ataca al mayor fallo, que recoge además el mayor número de quejas de los seguidores de la manzana mordida, del iPhone y otros dispositivos, llamando a sus dueños «abraza paredes».
Con el enemigo siempre presente a la hora de mover ficha, Samsung lo ha tenido claro con el objetivo que quiere que cumpla la nueva tableta: ser el rival del iPad. La firma surcoreana sabe que es la segundona en este apartado ya que en el 2013 solo logró vender 40 millones, frente a los 70 millones que se embolsó Apple con su tablet. A la espera de los nuevos modelos de la compañía de Cupertino -que se prevén que lleguen en otoño- Samsung ha dado el primer paso con las Galaxy Tab S -disponibles en El Corte Inglés a partir del 11 de julio-. El enésimo intento de los surcoreanos de arañar cuota de mercado en este segmento, con sus 6,6 milímetros de espesor, el dispositivo es más plano, más ligero y con una pantalla mayor que la de los iPads actuales. Esta generación contará, como principal novedad, con lector de huellas digitales y la función SideSync 3.0, que mejora la conexión entre tablets y smartphones permitiendo que las llamadas que lleguen al teléfono se puedan recibir a través de la Tab S.
Con dos tamaños -8,4 y 10,5 pulgadas-, la nueva tableta de surcoreana mantiene ciertas líneas del Note 3 y el Galaxy 5, pero su bonito envoltorio oculta una gran potencia y una pantalla sin precedentes de 2.560x1.600 píxeles y con formato 16:10. Con un rendimiento de batería de 11 horas de uso -otro guiño a los «abraza paredes» de Apple- y su sistema operativo Android 4,4, según el modelo, la Galaxy Tab S utilizará el procesador Exynos 5 Octa -1,9 GHz QuadCore más 1,3 GHz QuadCore- o qualcomm Snapdragon 800 2,4 GHz QuadCore. Lo que no variará será la memoria RAM -3 gigas- y el espacio de almacenamiento -16 y 32 gigas ampliables mediante tarjeta micro SD-. Pero no solo de tripas vivirá la nueva tablets de Samsung ya que la compañía ha puesto mucho empeño en que llegue al usuario con una buena cantidad de contenidos listos para que el consumidor los disfrute. Sin olvidarse, asimismo, de las cámaras: la exterior es de 8 megapíxeles mientras que la interior es de 2. Ahora solo habrá que esperar para ver si consigue consolidarse como el rival de los iPads.