Y Twitter llegó, junto a otras seis mil novedades, al Diccionario

La Voz LA VOZ | AGENCIAS

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J. J. Guillén

La RAE publicará el próximo 21 de octubre la vigésimo tercera edición del DRAE

14 jul 2014 . Actualizado a las 16:58 h.

Mucho ha cambiado el mundo y el español desde el año 1780. 234 años no pasan en balde para nadie y mucho menos para el Diccionario que, por aquel entonces, publicaba una imberbe Real Academia, que ahora conmemora el final de sus celebraciones por su tercer centenario. Veintitrés ediciones después, la RAE, fundada curiosamente por Felipe V con el objetivo de limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua, divulga su nuevo DRAE -acrónimo con el que se conoce a esta publicación- el próximo 21 de octubre, tanto en España -en El Corte Inglés ya se puede reservar tanto la edición del tercer centenario como la edición limitada para coleccionistas- como en los países hispanohablantes de América-. En una Academia en la que la web ha ganado cada vez más peso, desde la RAE han asegurado que esta versión del DRAE no será el último en formato de papel, aunque sí el primero en el que se potenciará la vertiente digital para ir acorde con una sociedad en la que los nativos digitales ya son una parte fundamental.

En un solo tono, con 2.400 páginas, casi 200.000 acepciones, unos 19.000 americanismos, y más de 93.000 artículos -5.000 más que la última versión del año 2001-, duplica los que recogía en su primera obra de uso. Según el secretario de la Academia, Darío Villanueva, a lo largo de los trece años trascurridos desde la pasada versión del DRAE «se ha hecho una profunda revisión y se ha buscado un acomodo a la sensibilidad de la época» ya que, además, «el diccionario actual tiene unas 80.000 entradas y el nuevo, con más matices por página, incluirá casi 100.000». Obra de referencia para quinientos millones de hablantes, la aparición, entre el 2009 y el 2011, de un importante grupo de obras académicas (la Nueva gramática de la lengua española, la Ortografía de la lengua española y el Diccionario de americanismos) ha hecho obligatorio el desarrollo de trabajos de armonización entre los contenidos. Se consolida así «la doctrina lingüística común que subyace a toda la producción académica» con la regularización en el Diccionario del tratamiento de las marcas geográficas americanas y la revisión del tratamiento de los extranjerismos.

Pero, como siempre, lo más llamativo son las novedades del DRAE en el que se terminó de trabajar en marzo de este año. Alrededor de 6.000 nuevos artículos llegan acompañados por más de 100.000 enmiendas y la supresión de unas 1.350 entradas, aunque mantendrá las polémicas judiada, gitano y gitanada. Eso sí, de la definición de femenino se ha suprimido la acepción de «débil, endeble» y de la de masculino se ha quitado la de «varonil, enérgico». Asimismo, la RAE ha mirado con lupa los nombres de las profesiones para que conste el masculino y femenino «cuando hay la más remota posibilidad de que una mujer desempeñe una profesión».

Tuitear una clase de pilates, ya es posible

Están las que se quedan, pero, ¿qué nuevas palabras podremos usar sin provocar un grito entre los académicos? Los vigilantes del español han decidido incorporar al Diccionario unos 6.000 nuevos vocablos como audioguía, bótox, cameo, dron, externalizar, feminicidio, hacker, hipervínculo, medicalización, mileurista, multiculturalidad, naturópata, pilates, positividad, precuela, red social, spa, serendipia, tuit o tuitear, que todavía no figuran en la versión digital, que recibe un promedio de más de 40 millones de consultas al mes.

La última tanda de enmiendas al DRAE se añadió en junio del 2012 e incluía vocablos como bloguero, chat, espanglish, friki o SMS, así como expresiones como matrimonio homosexual y tableta electrónica. La Academia se toma su tiempo hasta comprobar que las palabras nuevas que van surgiendo están lo suficientemente consolidadas como para incluirlas o no en el Diccionario. Por esta razón, se han quedado a las puertas son palabras tan habituales y de uso común y diario como clicar, choni, identitario, link, pibón, retroalimentar o vintage. Veremos hasta cuando.