La película de Disney se ha convertido en un imbatible fenómeno de masas que estas Navidades promete copar todos los regalos
17 dic 2014 . Actualizado a las 16:19 h.Es tal el empacho «frozeniano» que esta semana la directora y guionista de la película se ha sentido obligada a pedir perdón a todos los padres del mundo. La conciencia no le dejaba dormir. No hay niño que no se sepa al dedillo las canciones de Frozen y, con sus letras bien memorizadas, las entone de carrerilla varias veces al día; no hay niña que, enfundada en un delicado y vaporoso vestido azul, no sueñe con convertirse en Elsa. Incluso el nombre de la protagonista de la cinta se ha colado en la lista de los más populares entre las recién nacidas.
Frozen es el mayor éxito de animación de la historia, la película de dibujos más taquillera del mundo, por encima incluso de Toy Story 3, y una rentable fuente de vídeos de Youtube, ideas para disfraces, fiestas temáticas, peinados, juegos, canciones, un importante potenciador del turismo noruego y, sobre todo, un impecable generador de ilusión para los más pequeños que, desde hace un año, viven rendidos al universo de esta suerte de moderna reina de las nieves.
El rango de edad de los afectados por esta fiebre fantástica va desde los tres a los nueve años, más o menos. Pero sus tentáculos se extienden por contagio a los padres que, ahora más que nunca, con la Navidad llamando a las puertas, se remangan y sacan las uñas para hacerse con todo tipo de juguetes, complementos y objetos temáticos relacionados con el mundo Frozen. Pero, ¿qué tiene esta historia para generar tal histeria colectiva?
Parece que las niñas quieren seguir siendo princesas. De ello da fe su manera de aferrarse a la estética de la protagonista, una auténtica princesa de cuento de los pies a la cabeza. Su manera de vestirse, su recogido, su forma de maquillarse. De todo hay tutoriales por un tubo en el portal de vídeos Youtube. Pero, esta vez, no necesitan ya un príncipe que las salve. La historia llega incluso a plantearse si es una buena idea casarse con alguien a quien realmente no se conoce. Es posible que en este pequeño cambio de dirección tenga algo que ver su directora, una de las primeras mujeres en hacerse cargo de una película de Disney. Los niños aprenden de Frozen que el amor puede venir de donde menos se le espera y son conscientes de que los personajes son complejos, con ideas y principios.
Todo lo relacionado con Elsa y su hermana Ana es, por tanto, un dardo seguro para este año, ya sea dentro del saco de Papá Noel o sobre las jorobas de los camellos de los tres reyes de Oriente. Pero si hay un regalo que promete más puntería emocional que ninguno es la música. No es nada nuevo que la canción Libre soy hipnotiza a los más pequeños con una facilidad pasmosa, que sus gorgoritos alcanzan niveles de perfección absoluta en determinadas gargantas infantiles y que una fiesta de cumpleaños no es una auténtica celebración si no suena la voz de Elsa cantándole a la libertad. Por eso, el karaoke Frozen se postula como uno de los regalos estrella de estas fiestas. Lo hay en El Corte Inglés y, junto a él, se pueden encontrar otros videojuegos relacionados con universos animados o heroínas infantiles, con el mismo porcentaje de éxito para sorprender a los más pequeños la mañana de Navidad.
Invizimals: The Resistance, es un buen ejemplo. Sumerge a los jugadores en una aventura épica en la que las bestias deberán vencer a los despiadados robots X-Tractor. Lo mismo sucede con los karaokes de la célebre niña Violetta, el videojuego de Skylanders, el mundo Pokemon, la aventuras automovilísticas del fontanero más famoso en Mario Kart 2, las aventuras virtuales de Tadeo Jones o el multiaventura Disney Infinity, en el que los niños pueden escoger su propio argumento de juego, eligiendo personajes, escenarios y objetos de Disney y Pixar de distintas franquicias de la compañía.
Grandes superficies como El Corte Inglés ponen a disposición de los padres estas Navidades suculentos descuentos en el campo de los videojuegos y las consolas: financiación para máquinas, como la de la Xbox One en doce meses, del 12 de diciembre al 5 de enero; saldos en marcas como la PS4 a 399,90 euros; o rebajas en videojuegos, como los 20 euros de descuento que se le aplican a títulos como Call Of Duty, solo para las plataformas de PS3 y Xbox 360.