Son el último grito en el universo gastronómico, pero la legislación española les cortó las alas. Ahora han encontrado su sitio en ferias, bodas y festivales
03 mar 2015 . Actualizado a las 17:13 h.Son bares ambulantes, pero muy bonitos. Con inclinaciones retro, incluso hipsters, estas camionetas antiguas, surtidas de toda suerte de raciones ecológicas y comida rápida en proceso de sofisticación, se reinventan como la enésima tendencia gastronómica, esta vez itinerante. Se han encontrado, sin embargo, con una molesta piedra en su camino, la ley española, que restringe con complejo de podadora su potencial área de actuación. Tras interiorizar las malas nuevas, los food trucks han cogido aire y, sin espacio para expandirse más allá, se han reinventado en ferias, eventos, festivales y, sobre todo, bodas. Y no les va nada mal.
Descendiente directa de los carros de chucherías de verbena, la estirpe de la comida sobre ruedas ha encontrado un hueco cómodo y confortable en las celebraciones nupciales. Hay para elegir, para dar y para tomar según gustos culinarios, inclinaciones estéticas o caprichos emocionales. Desde desvencijados coches de bomberos hasta camiones de reparto de leche, ambulancias antiguas, camionetas de aliento americano, destartalados minibuses o legendarias Wolswagen Kombi y T2. A la hora de escoger menú se despliega un amplio abanico de posibilidades, tanto gastronómicas como reposteras, pero también espirituosas para saciar la sed y el ánimo.
Ma petite creperie
Una merienda de cumpleaños, una recena en una boda. Chocolate y azúcar con efluvios parisinos. Se trata del proyecto de dos jóvenes emprendedores, Blas y Ana, una caravana vintage de los años 70 que ofrece servicios de cátering a base de crepes dulces y salados, con rellenos de calidad.
La Caseta Verda
Pilar y Carlos son la Caseta Verda, un food truck especializado en ecofrankfurts, perritos calientes ecológicos cuya salchicha se elabora en un obrador familiar, con carne de cerdos y terneras que pastan en libertad y se alimentan solo en parte de piensos libres de transgénicos o maíz modificado. Cuentan también con salchichas frankfurt de tofu, para hacer hueco a los vegetarianos. Además del clásico frankfurt La Caseta Verda, con cebolla caramelizada y queso havarti, ofrecen otro de roquefort, con dados de manzana y nueces, y uno de setas con alioli suave de albahaca. Novedades creativas y gourmet, en definitiva, en el mundo de la salchicha delicatessen.
Buticatering
Qué mejor que una bandeja de bocadillos de butifarras recién salidos del horno para empachar el estómago tras una boda larga y agotadora. El buticatering de Mr.Frank and the butis se impone como una de las opciones favoritas para las recenas nupciales. Hacen también su propia ruta por eventos y festivales españoles. El itinerario se puede consultar en su página de Facebook.
Caravan Made
Su punto fuerte son los sándwiches gourmet, combinaciones originales y por ello sorprendentes, barnizadas del poso nostálgico que rezuma su caravana blanca de factura setentera. Todos los bocadillos que se sirven están acompañados de verduras y hortalizas del huerto de sus dueños, Silvia y Javi, dos cocineros formados en el prestigioso restaurante catalán Can Roca. Está disponible, además, para alquilar en bodas y eventos.
La Creperie de Mariöne
Esta mimada caravana de los años 60 fue una de las pioneras en implantar en España el concepto y la tradición de los food trucks. Crepes, cupcakes y un decorado pin-up que hace de original photocall para una boda. La Creperie de Mariöne cuenta además con otras dos roulottes: una, más pequeña de color azul cielo, perfecta para fiestas particulares y ferias artesanales, y la caravana Berry, común en mercadillos vintage y ferias scrapbook (técnica de personalizar álbumes de fotografías).
El botón rosa
RetroCaravan, El Botón Rosa se dedica a alquilar una preciosa caravana trasnochada para ubicarla en el jardín durante los cócteles o los banquetes de boda. Organizan además la decoración exterior de la celebración a juego con la temática elegida y, alrededor o dentro del vehículo, suelen montar un azucarado Candy bar.
La Jamoneta
Esta Volkswagen Caravelle, equipada con su remolque Eriba Puck, se convierte en un llamativo restaurante itinerante de intenso color turquesa. Desde él se despachan degustaciones de productos ibéricos. Su especialidad: el jamón puro de bellota de Sánchez Romero Carvajal. Ideal para el coctel de una boda.
Maraca loca piano ardiente
Es un verso del himno indie Toro, enarbolado por la banda El Columpio Asesino, pero también un especial y versátil food truck que ofrece todo tipo de soluciones para grandes y pequeñas celebraciones. Se presta como mostrador de menús disponibles para recenas a esas horas en las que las tripas empiezan a gemir, como bufete de todo tipo de dulces para endulzar la velada, como barra de mojitos o bebidas premium y como cabina de DJ.
Reina Croqueta
Como su nombre explícitamente indica, su plato estrella son las croquetas. Se trata de un antiguo y destartalado vagón de tren desde el que se venden variedades artesanas de estas pequeñas y redondas porciones de bechamel aderezada con picadillo de ingredientes varios. Crujientes y servidas en conos de papel, se acompañan de todo tipo de bebidas.
Rufina e hijas
Rufina e hijas cuenta con una flota de furgonetas vintage Citröen para alquilar para fiestas de verano en la playa, bautizos, bodas o macrofiestas de cumpleaños. Lo que se te antoje. También cuentan con la posibilidad de cogerlas con chef y/o baristas y/o pinchadiscos. En el catálogo figura la Rufina Citröen HY, la matriarca de la familia, con motor de tiburón y ondulante chasis a prueba de saraos y su primogénita, la Dora Citröen HY, de morro fino y físico afrancesado.
The Van Sisters
Auténticas furgonetas de los años 60 perfectamente restauradas. Se pueden alquilar para utilizar en todo tipo de eventos, para instalar un puesto de comida o bebida en alguna fiesta o incluso para decorar.