Tras su victoria del 2006, el conjunto bilbaíno ha perdido seis partidos y empatado uno en Riazor
14 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.No hay en la Liga un equipo tan particular como el Athletic. Nacido en un gimnasio de Bilbao -«surgido del pueblo», recuerda su himno-, ha pasado toda su vida en Primera, nutrido en exclusiva por jugadores de la región (palmo arriba o abajo); goza de una mística única, una hinchada animosa, varios futbolistas carismáticos y un entrenador que no concede entrevistas (este mal sí es común y de rápida propagación) cuya procedencia llego a ser secreto de club -Viandar de la Vera, pueblo cacereño que no alcanza los 300 habitantes, desapareció durante una larga temporada de las biografías que la entidad rojiblanca ofrecía sobre sus técnicos-. Desde hace 32 años celebra sus títulos en una gabarra (barcaza dedicada al acarreo de hierro) que ha cumplido 31 años parada después de que los apretones del calendario impidieran celebrar por la ría la reciente Supercopa. Al recuento de atractivos del próximo rival (domingo, 20 horas) hay que sumarle otro fundamental: se trata de uno de los visitantes más agradecidos de cuantos han pasado últimamente por Riazor.
Un punto en seis visitas
La última victoria foránea, en el 2006. El Rayo no ha ganado nunca en Primera en A Coruña. Exceptuando a los de Vallecas, es difícil encontrar un adversario históricamente más propicio para los intereses blanquiazules. El conjunto vasco solo ha sumado siete victorias ligueras en 43 incursiones en casa del Deportivo. Las dos últimas coincidieron en año, el 2006. La del 16 de diciembre fue un 0-2, en el que Javi Martínez anotó el doblete de los de Mané y Juanma acabó expulsado por los de Caparrós. A partir de ahí, el Athletic solo cuenta a su favor con el punto logrado en la temporada 2012-2013; el resto de visitas se saldaron con seis derrotas.
Doloroso gol de Llorente
El final de la memorable racha de Fernando Vázquez. El 21 de abril del 2013, gallegos y vascos enfrentaron sus rachas en Riazor. A los visitantes los dirigía un Bielsa cuyo crédito se esfumaba tras una campaña discreta. Sus últimos cuatro partidos habían dejado un registro de tres derrotas y una victoria por la mínima, abortando cualquier opción de aproximarse a puestos europeos. Durante ese plazo, Fernando Vázquez había obrado un milagro para los locales. Póker de triunfos consecutivos que propiciaron un salto inimaginable: el Dépor pasó de estar nueve puntos por debajo de la zona de salvación a colocarse dos por encima. Un colchón que creció hasta los cuatro durante siete minutos. Los que separaron el tanto de Bruno Gama del de Llorente. Los bilbaínos aguantaron el último tramo del partido en inferioridad para frenar la progresión del conjunto coruñés que entre aquella jornada (32) y el final del campeonato solo ganaría otro encuentro (contra el Espanyol), para acabar descendiendo.
Dos seguidas en casa
Bergantiños dio un respiro a Víctor Fernández. El primer partido del 2015 para el Dépor deparó la más reciente victoria sobre el Athletic. Entonces, un gol de Cavaleiro dio aire a Víctor Fernández, que demostró saber sacarle provecho a los parones ligueros. Aunque la figura del encuentro fue un Bergantiños que facilitó de cabeza el tanto del portugués y gobernó la medular frente a un equipo que pagó en la primera parte de la temporada los esfuerzos en Copa y Champions. El triunfo fue el segundo consecutivo en casa, la única vez en la que se dio esa circunstancia en toda la campaña.
La cita más extraña
Nueva derrota de Caparrós, con doble autogol. Si la última victoria del Athletic en Riazor la sufrió Caparrós en el banquillo local, el triunfo más llamativo del Dépor tuvo también como protagonista al de Utrera. Entrenaba al Athletic (Lotina dirigía a los de casa) cuando Gurpegi y Xabi Castillo marcaron en propia puerta neutralizando el tanto inicial de Toquero.