El mago de Arguineguin dirá adiós a la Liga la próxima semana. El canario vivió su mejor etapa como futbolista en el Deportivo
07 may 2016 . Actualizado a las 23:29 h.Después de 20 años recorriendo España y Europa con su espectáculo, el mago de Arguineguín recoge su chistera y anuncia su retirada. Juan Carlos Valerón, historia viva del Deportivo y del fútbol español, dice adiós tras disputar más de cuatrocientos partidos en Primera División y más de setecientos en la suma total de encuentros desde que se enfundó la camiseta del Las Palmas B hasta el momento de su adiós.
El Flaco se retira dejando tras de sí una estela de buen fútbol y humildad. Dice adiós en su casa, Las Palmas, en un club con el que durante años compartió con el Deportivo un lugar en su corazón. Ayer, apoyado por todos sus compañeros, centró su intervención en la entidad amarilla, en la que aseguró que había disfrutado de «los tres mejores años» de su carrera deportiva. Tres temporadas en las que antepuso el sentimiento a la competición. Atrás quedaron los días en los que exhibía su clase por los mejores campos europeos. El centenariazo. La semifinal de la Champions. Su colosal actuación en Múnich, asumido por él mismo, como «la mejor» de su carrera. «El escenario, el rival y el resultado -declaraba hace unos meses a La Voz- hacen que pueda considerarse mi mejor partido». Apostó por el calor familiar.
A pesar de lo que su indudable clase podría hacer pensar, su carrera profesional no fue fácil. En su mochila acumula tres descensos (dos de ellos con el Deportivo), una intervención judicial en el Atlético y un concurso de acreedores en A Coruña, además varias lesiones de gravedad, la última con 30 años y, según él mismo reconoce, en su «mejor momento futbolístico y de madurez».
Un descenso lo trajo a Galicia y otro se lo llevó para devolverlo a Canarias 13 años después. Porque según dijo tras bajar con el Dépor por segunda vez consecutiva, «necesitaba desconectar tras la enorme presión a la que había estado sometido». Y volvió a casa. A disfrutar del fútbol. A estar con la familia. A volver a ser feliz acudiendo a cada entrenamiento y saboreando como un juvenil los cada vez menos minutos que disputaba en Primera.
Ahora, se va del mismo modo que llegó a la élite: con humildad y entre amigos. «No me quiero olvidar de mis compañeros -por los futbolistas del Las Palmas- que me han hecho pasar los tres mejores años de mi carrera y compartirlos con ellos ha sido un grandísimo honor. Especialmente a Aythami, que me ha apoyado mucho», reconoció ayer.
Dedicó su carrera a su familia y a Dios, porque «es el que me ha dado todo lo que tengo y gracias a Dios he podido tener una carrera increíble» y en ese momento tuvo un recordatorio a todos los clubes por los que pasó (Atlético, Mallorca y Dépor): «Me retiro ante mi gente, pero quiero agradecer a todos los clubes en los que he podido estar», expresó
Fue la de ayer una jornada «de cuento de hadas», algo provocó incluso sus lágrimas. «Agradezco a mi familia por el cariño y todo el apoyo que me ha dado siempre. Este final es como un cuento de hadas, no se puede pedir más. Agradezco a la afición por todo su cariño», expresó tras mostrar su felicidad por el hecho de que su adiós llegue con la Unión Deportiva Las Palmas manteniéndose en Primera.