Yeremay se convierte en modelo

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El Dépor pretende que la ampliación de contrato del canario hasta el 2030 marque la pauta con los canteranos e incentive su permanencia en el club

18 abr 2024 . Actualizado a las 19:54 h.

A la sala de prensa de Riazor aún le faltan detalles para aproximarse al Madison Square Garden. Puede que fuera eso lo que chirrió cuando Yeremay saltó de la pantalla del televisor en que se proyectaba su imagen a la silla sobre la tarima, sin confeti ni música que acompañara el paso de la ficción al natural. Aunque quizá lo apropiado hubiera sido el ruido de un torno de dentista, dando ambiente a la intervención del canario, tan incómodo frente a los medios como contento cuando culminó la comparecencia y subió al campo a posar haciendo malabares con el balón. Fue sobre el césped cuando la chaqueta negra empezó por fin a ajustarse al cuerpo del extremo, las hombreras cayeron en su sitio y asomó un gesto de satisfacción.

Hasta ahí, casi todo en el acto había desmentido la importancia de la renovación y la alegría de ambas partes por un acuerdo que se considera ejemplar. Al pibe de El Polvorín le quedaba grande el traje y hasta el asiento, donde se hundió lejos del micro, renegando de ese protagonismo que reclama cuando se trata de jugar. El semblante serio no cuajaba con el arranque de su intervención: «Estoy muy feliz de poder estar muchas temporadas más aquí. Lo dije hace dos o tres semanas: quería quedarme en el Dépor. Y aquí estoy sentado, cumpliendo lo que anuncié». 21 años tiene, y se ha atado al club por otros seis.

Habrá cumplido para entonces, media vida en blanquiazul, como deslizó: «Me acuerdo de cuando llegué aquí hace siete años. Entonces no sabía lo grande que era el Deportivo. Y me acuerdo también de todos los trabajadores de Abegondo, desde los utilleros; de la gente de la residencia, de Albert Gil, y de Fernando Soriano y Massimo Benassi que son las dos personas que han apostado por mí. Y ya está». Breve homenaje a quienes contribuyeron a hacer de Peke Yeremay para cerrar los poco más de 20 minutos dedicados a compartir con los medios un pacto de carácter casi fundacional.

Servirá de guía para el futuro de la entidad, según aclaró Soriano, con más callo en ruedas de prensa que ese futbolista a quien concede condición de referencia para la base: «Queremos disipar dudas; que si los chavales que están subiendo tienen propuestas de otros clubes, la sensación cambie. Estamos demostrándolo en la confección de la plantilla, las oportunidades, las renovaciones... Luego, nadie regala nada. Yere se lo ha ganado con trabajo, esfuerzo y sacrificio. Nuestra misión es crear la oportunidad, ellos tienen que ganársela. Pero que no digan que no damos pasos para que suceda».

«Esto sigue reforzando nuestro compromiso con la gente salida de Abegondo. Queremos mostrar con estas renovaciones la apuesta firme y clara por la dirección que va a llevar el club», insistió el director deportivo.

Sobre el peaje para alcanzar el éxito había abundado el jugador, preguntado sobre si se había sentido mimado en el proceso: «Si digo la verdad: creo que no. Lo que está pasando me lo he ganado. Nadie me ha dicho, ‘‘toma, te lo regalamos’’. He tenido que cambiar muchas cosas para que todas las cosas buenas que me están pasando sucedan, He trabajado para esto y el trabajo siempre paga».

Reflexión que unió a otras en que dio cuenta de esa personalidad sobre la que ha cimentado el tránsito desde aquel campeonato juvenil del 2021 en que tuvo una participación residual a su consolidación como pilar de la propuesta de Imanol Idiakez, menos de tres cursos después: «Si me renuevan otra vez, será porque estoy haciendo las cosas bien». En la dedicatoria de su éxito, mencionó «a mi familia, lo primero. Luego a mis representantes, que han estado apoyando mis decisiones. Cuando no jugaba, muchas veces me decían que podíamos salir, pero yo contestaba siempre que no, que no me iba a rendir. Quería pelear y mira, aquí estoy».

—¿Qué queda de aquel Peke?

—Nada. No queda nada.

Aclarado el asunto, se incorporó un poco en la silla, pidió agua, y esperó a que lo dejaran tranquilo para subir al campo a jugar.

El extremo se refiere al caso de Mella: «Ojalá renueve, soy su amigo y apoyaré lo que él quiera hacer»

«La predisposición de Yeremay ha sido la de anteponer el estar aquí. Su esfuerzo y trabajo ha provocado una nueva ampliación y ojalá en un año podamos sentarnos otra vez para hablar de más cosas». Fernando Soriano midió los tiempos para anunciar una ampliación de contrato que llevaba cerrada desde hace un par de semanas. «Tuvimos que buscar el momento. Queríamos que el rendimiento de Yere y del equipo no se viera afectado», desveló el director deportivo, tras haber hecho coincidir el acto con una jornada en la que (salvo sorpresa en apelación) el canario no podrá participar.

«Es un esfuerzo por parte de todos. Algo conjunto, de ir de la mano. Unimos nuestro crecimiento como club al de jugadores que vemos que sienten el Dépor como el que más. Ese es nuestro camino, que los futbolistas de referencia, que están demostrando actitudes dentro y fuera del campo, estén el máximo tiempo posible», profundizó, aludiendo al elevado número de ampliaciones de contrato acometidas a lo largo de esta campaña —Mario Nájera fue el penúltimo, y antes firmaron Diego Villares, Martín Ochoa y Diego Gómez, entre otros—.

La intención del club es sumar a David Mella a la lista, pero es improbable que esta operación culmine antes de concluir la temporada actual. «Está en curso. Cada negociación lleva su proceso y no hay que acelerarlos. Estamos en una parte de la competición en la que lo menos que tengo que hacer es interferir para despistar o bajar rendimientos. Estamos hablando con calma y llegará el momento. Estamos muy centrado», sostuvo Soriano.

Se solicitó también la opinión de Yeremay. La dio primero con el micrófono apagado, reservando su deseo para los más próximos a la tarima: «Ojalá renueve. Pero lo que él decida estará bien. Soy su amigo y apoyaré lo que él quiera hacer». Cuando se recuperó la conexión, optó por resumir: «Que ojalá renueve». Y ya.