Análisis | El mercado inmobiliario vigués se enfría La vivienda ya no es la panacea que fue: los datos revelan un descenso en Vigo de la demanda de inmuebles, confirmado por los agentes del sector, que cada vez tardan más en colocar un piso
01 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.«En el 2005 llegué a vender cuatro veces el mismo piso en nombre de cuatro clientes distintos, y ahora me lleva más de un año colocar cada vivienda». La anécdota es de un veterano agente inmobiliario vigués, y sería una mera curiosidad si no encontrase réplica en la mayoría de los profesionales del sector consultados por La Voz, que aseguran que el tiempo de las vacas gordas ha quedado atrás. «Las vacas se han empachado», bromea el mismo agente, ante de subrayar que la principal causa del enfriamiento del mercado son las elevadísimas plusvalías que se han acumulado en años de panacea inmobiliaria. Sólo hay que repasar los precios en los que se mueve el sector para comprobarlo. Esta misma semana, se vendía una apartamento de 40 metros cuadrados en Rosalía de Castro por 195.000, mientras cerca de Castrelos ofrecían como «una ganga» de 175.000 euros un piso de 54 metros y dos habitaciones a pie de tráfico. El nivel se mantiene en barrios como A Miñoca, O Calvario y Coia, y sólo encuentra freno en zonas con un mercado inmobiliario más deprimido, como Teis o la calle Aragón, en las que aún es posible hacerse con algún piso que baje de los 3.000 euros por metro cuadrado. Las estadísticas oficiales y los informes inmobiliarios confirman la tendencia apuntada desde el sector. Lo hace un trabajo de Foro Consultores, que constata que en Vigo se ha cuadriplicado el precio de los estudio de menos de cuarenta metros en menos de seis años. Y lo mismo ha sucedido con el resto de inmuebles, que en el peor de los casos se han revalorizado un 240% desde el año 2000. «Hay que reconocer que por muchos inmuebles se están pidiendo barbaridades, pero de eso tienen mucha culpa los propietarios, que a veces se pasan año y medio sin vender pero no se bajan de la moto, y así estamos con que se piden unas cantidades que nadie paga», señala la responsable de ventas en Vigo de una importante inmobiliaria nacional. El resultado de estos excesos es el enfriamiento del mercado inmobiliario de Vigo, constatado por los autores del último Observatorio Inmobiliario de Caixa Galicia. Atribuyen el frenazo en el volumen de operaciones de venta a los precios de los pisos, que han sobrepasado el umbral a partir del que se «desincentivan» la compra. «La demanda muestra un menor dinamismo», señalan, tras encuestar a los profesionales del mercado inmobiliario vigués. Las expectativas del sector, de hecho, figuran entre las más pesimistas de la comunidad. Según los datos de la encuesta de Caixa Galicia, el 38% de los expertos en sector inmobiliario prevén un estancamiento de la actividad, mientras un 21% de ellos van más allá y advierten de la posibilidad de una «contracción moderada» del negocio. Menos ventas El Instituto Nacional de Estadística no ha tardado en confirmar sus temores: tras un decenio de subidas ininterrumpidas, en el 2006 se quebró la tendencia y bajó un 4,5% el número de hipotecas firmadas en Vigo. «El endeudamiento de las familias está al límite. Ahora una cuarta parte de las operaciones que hacemos son para refinanciar deudas», explican en una financiera ligada al sector inmobiliario, en la que ofrecen un dato demoledor, recabado por el Banco de España: los vecinos de la provincia de Pontevedra deben a bancos y cajas 19.126 millones de euros, la mayoría ligados a operaciones inmobiliarias. Por eso el enfriamiento inmobiliario se ha convertido en un fantasma que asusta a muchas familias, cautivas de su hipoteca y de lo que puedan obtener por su piso en un mercado al que no le quedan plusvalías.