Dos yeguas salvajes que estaban preñadas perecieron ayer atropelladas por un turismo en el kilómetro 12 de la carretera PO-344 en la parroquia de Couso, en Gondomar. El suceso ocurrió a las seis de la madrugada en el vial que conecta este municipio con Tomiño, a la altura del alto de Padrón y el barrio de A Portela.
La persona que conducía el vehículo no vio los equinos y chocó brutalmente contra ellos. La carretera es una recta en cuesta que carece de alumbrado público y a esa hora todavía no había amanecido. Los vecinos de las viviendas del entorno escucharon un gran impacto, según relataron horas después.
El conductor avisó inmediatamente al 112 y contó que tenía un fuerte dolor de cabeza y que estaba muy nervioso. Los servicios de emergencia movilizaron a la Guardia Civil de Tráfico, Protección Civil de Tomiño y una ambulancia del 061. Posteriormente, la Guardia Civil solicitó más medios para retirar los cuerpos sin vida de los caballos, que quedaron postrados sobre la cuneta hasta que fueron retirados por el personal de sanidad de la Xunta de Galicia y también se dio aviso a la Policía Local.
El suceso vuelve a poner sobre la mesa la peligrosidad de los viales de salida de Gondomar hacia O Baixo Miño por la frecuente presencia de ganado salvaje en la carretera, un problema que no han atajado las reformas que se han realizado en estos viales.
La Xunta ha mejorado la señalización advirtiendo del peligro a los conductores con nuevas señales reflectantes y de mayor tamaño, pero los accidentes se siguen produciendo de todos modos. El pasado día 15 otro vehículo destrozó el cuerpo de un potro salvaje que andaba por la calzada en el alto de San Antoniño.