Durante la concesión que duró 4 meses, las usaron más de 1.500 personas
05 feb 2012 . Actualizado a las 07:09 h.Poder alquilar en Vigo una bicicleta eléctrica fue un agradable sueño que duró cuatro meses. Desde septiembre del 2011, la empresa Norbike, con sede en Baiona pero regentada por tres vigueses, se ocupó de ofrecer este servicio que a pesar de funcionar ya en muchas ciudades, era toda una novedad en Vigo, que además, dada su «costosa» orografía (por lo que cuesta subir sus cuestas), se agradecía todavía más. El gobierno municipal aprobó el pasado verano la adjudicación a esta empresa por 20.650 euros durante cuatro meses y a pesar de la buena acogida que estaba teniendo, el Concello no renovó el contrato, que finalizó el 1 de enero.
Según cuenta uno de los socios, David Rocha, «estaba teniendo muy buena acogida y eso que nosotros mismos lo dudábamos al principio, pero nos equivocamos. En Vigo sí hay cultura de bicis». De hecho, las ocho bicicletas eléctricas con las que empezaron se hicieron pronto insuficientes y ellos mismos añadieron por su cuenta más de media docena de las convencionales debido a la alta demanda. «Y más que hubiera», asegura. El Concello de Vigo les habilitó un espacio al lado de las nuevas oficinas de Turismo frente al Hotel Bahía, en un local donde los ciudadanos empezaron a engancharse a la sana costumbre de desplazarse en bici, que hoy aparece abandonado y salpicado de cartelería turística.
Rocha comenta que al acabarse el plazo, simplemente no se les renovó la concesión. «Nos dijeron que a lo mejor de cara a abril o mayo, pero lo veo complicado y eso que la acogida fue grandísima. En esos 4 meses, abriendo de lunes a domingo, tuvimos más de 1.500 usuarios. Hasta venía gente de Cangas del barco que la cogía para hacer recados por Vigo. La primera hora era gratis, la media hora siguiente costaba dos euros, pero el dinero iba para el Concello, no para nosotros», aclara.
Herencia nacionalista
En realidad, el servicio fue una herencia que dejó Santiago Domínguez, el ex teniente de alcalde nacionalista y exsocio de gobierno, al alcalde Abel Caballero. Domínguez lo presentó en marzo del año pasado, antes de las elecciones, como un servicio que en principio era para ser utilizado por los vecinos del Casco Vello. Poco tiempo después, tras los comicios municipales, desaparecieron para reaparecer en el local frente al Bahía. «Al principio la idea era que funcionara con bases para ir cogiendo y dejando las bicis en diferentes puntos de la ciudad, pero con el cambio de gobierno quedó paralizado», recuerda David.
Encantados de volver
El responsable de Norbike reconoce que estarían encantados de volver y la frustración atraviesa su pensamiento: «Nos duele que en nuestra propia ciudad no seamos capaces de implantar un servicio del que sin embargo nos encargamos en otras ciudades, como en Salamanca, en Vinarós, en Castellón o incluso en Redondela, aunque con bicis convencionales», matiza. Lo que sí tiene muy claro David Rocha es que para Vigo, por su orografía, las bicicletas eléctricas son imprescindibles. «No podemos adaptar la ciudad a las bicicletas pero sí las bicicletas a la ciudad», afirma. Por otra parte, el responsable de la empresa advierte que para que esta prestación llegue a funcionar como debe, hay que ofrecer además un buen mantenimiento de los vehículos.
Curiosamente, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, continúa presidiendo la Red de Ciudades por el Clima. Uno de sus objetivos es «la promoción de los medios de transporte menos demandantes de energía y menos contaminantes (a pie, bicicleta, transporte colectivo, etc.) en los nuevos desarrollos urbanos».