Los socios podrán volver al salón en unos días, según la presidencia
22 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La oxidación en un hierro de la estructura de la cúpula, que estaba oculto en una pared, parece ser la causa del derrumbe en el centro social del Real Club Náutico de Vigo el pasado martes por la tarde. Así lo cree el personal de mantenimiento que retiró los escombros y reparó la escalera. Muestran como prueba la esquina podrida de una pata de hierro que no quedaba a la vista cuando se hizo la última inspección hace un año. El edificio está cerrado temporalmente pero el presidente del Náutico, Franco Cobas, cree que este fin de semana podría abrirse de nuevo los salones al público.
La idea de reparación consiste en reconstruir la misma cúpula pero con un hierro más grueso. «Por suerte, estos días no llueve y no hace falta poner plásticos en el techo», dijo el presidente. El edificio racionalista del Náutico está catalogado con protección estructural. Según indicó ayer la alcaldía, aún no se pueden concretar las causas de lo ocurrido ni el alcance de los daños producidos. De acuerdo con el Náutico, dos técnicos de Urbanismo acudieron al escenario del derrumbe para revisarlo a fondo y preparar un dictamen. «Estamos cooperando por la importancia arquitectónica del edificio, aunque es privado. Había pasado la inspección técnica de edificios (ITE) de lo que se infiere que el daño estaba oculto y no fue detectado. Según el informe de los técnicos y su diagnóstico, en cooperación con el Náutico, actuaremos», dijo Caballero.
Este aclaró que está en trámite una reforma del edificio con un proyecto pendiente de autorización por parte de la Xunta.
Por su parte, el presidente Cobas recordó ayer que la cúpula, por tratarse de un edificio protegido, hay que reponerla «en su estado original». Respecto al desplome, señala que «fue una gran suerte que a esa hora no hubiese casi nadie y que funcionase perfectamente todo el protocolo de emergencia».
Inmueble asegurado
El desplome «obviamente, no beneficia al club» en esta época de crisis porque «de aquí saldrán gastos», dijo Cobas. Este recordó que el edificio está asegurado y que van a reclamar que les reparen los daños.
Cobas confía en que el sábado o domingo esté arreglado el pasamanos de la escalera y que el techo tenga una cubierta provisional. Cada día, por el centro social, pasan 100 o 150 socios para comer en la cafetería, que sigue cerrada, para merendar con los niños o jugar la partida.
Los obreros trabajaban ayer por la tarde en el interior del inmueble. El personal confía en que en 5 días los socios puedan volver a ocupar sus salones. Un viandante no se explicaba lo que había pasado: «Si hace un año pasó la ITE».