Juzgan por maltrato al técnico deportivo de Mos acusado en otra causa de agresión sexual a tres jugadoras

VIGO

«Me obligaba a meterme en el vestuario con una cámara de vídeo para grabar a mis compañeras», declaró la víctima esta mañana en el Penal 1

08 may 2012 . Actualizado a las 22:20 h.

Jesús G.F, el trabajador del Concello de Mos que preside el equipo de fútbol local y que está acusado de una presunta agresión sexual a tres jugadoras cuando era entrenador, se sentó esta mañana en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 como autor de un supuesto delito continuado de maltrato a su ex pareja.

La joven, que también estaba en el equipo, afirmó durante su declaración que el acusado le obligaba a meterse en el vestuario con una cámara de vídeo para grabar a sus compañeras y que tuvo que fingir una lesión para abandonar este deporte y no someterse a esta perversión. El hombre inició la relación con 22 años de edad cuando la víctima solo contaba con 14. Un año después la dejó embarazada. Los presuntos malos tratos comenzaron cuando todavía era una menor de edad y se prolongaron hasta que la víctima cumplió los 22 años. La víctima relató que sufrió golpes que le hicieron quedarse sin dentadura, insultos y vejaciones continuas.

Otro testigo declaró que él grabó en vídeo cómo la violaba

Su pareja le había prohibido sacarse el carné de conducir y cuando se enteró de que estaba apuntada en una autoescuela, fue a buscarla y la abofeteó. Un alumno fue testigo de la agresión y la secretaria de la autoescuela le limpió la sangre. En otra ocasión la abofeteó en la tienda de campaña cuando estaba de cámping con unos amigos por un malentendido.

Las persecuciones y amenazas continuaron después de la separación. En una ocasión entró en el bar en el que ella se encontraba trabajando y le dijo que le iba a quemar viva delante de otros clientes, que ayer declararon como testigos en la vista oral. Otro testigo declaró que él grabó en vídeo cómo la violaba «y después medio Mos lo vio».

La víctima declaró detrás de un biombo porque afirma que tiene miedo a su ex-pareja. Peritos confirmaron la situación de ansiedad y depresiva de la víctima, compatible con una situación de maltrato continuado, por la que aún está a tratamiento psicológico y psiquiátrico con medicación. El acusado negó los hechos, dijo que nunca la abofeteó y, en su derecho a la última palabra, dijo que todo es «una tomadura de pelo». La Fiscalía le pide dos años por un delito de maltrato físico y psíquico, nueve meses por maltrato de obra, nueve meses por un delito leve de amenazas y otros nueve de coacciones. Mientras tanto, la acusación particular reclama dos años y medio de cárcel por un delito de violencia de género, tres años y medio por lesiones psíquicas y tres meses por abandono de familia en la modalidad de impago de pensiones. También demanda 11.000 euros de los gastos dentales y 50.000 euros de indemnización. En otra causa que está pendiente de juicio, el mismo acusado se enfrenta a penas de cárcel solicitadas por la Fiscalía que suman los 7 años por tres presuntos delitos de abusos deshonestos.