El drama de los desahucios, una historia de película con Vigo como plató

Begoña Rodríguez Sotelino
B. R. SOTELINO VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

«El triste olor de la carne» se rodará en un plano secuencia de 90 minutos

25 ene 2013 . Actualizado a las 12:41 h.

La realidad es tan increíble que la ficción se está quedando corta. Algo así le pasó a Cristóbal Arteaga, director de la película El triste olor de la carne, (su segundo largometraje tras Faro sin isla) que entre el 1 y 2 de marzo se rodará en distintas localizaciones del centro de Vigo. Bueno, se rodará si consiguen recaudar a través del crowfunding el paupérrimo presupuesto de 2.500 euros que han calculado para lleva a cabo un filme que tiene mucho de actualidad. Pero tanto él como el jefe de producción, Paulo Bouzas, hablan de su proyecto sin que se les pase por la mente que no lo van a hacer. Están convencidos de que lo lograrán. «Hemos llegado a un punto de no retorno», asegura el realizador de origen chileno afincado en Vigo desde hace casi un año.

El filme está ahora en fase de preproducción y su característica técnica más llamativa es que se compone de un único plano secuencia. Sin cortes. «La película se rueda y se verá en tiempo real. El margen de error que tiene un plano secuencia es lo más parecido a la realidad. El montador no tendrá mucho que hacer», apunta Arteaga con humor. Durante 90 minutos, la cámara seguirá a Alfredo Barrera, un padre de familia de clase media que está a punto de perder su casa, aunque nadie en su familia lo sabe. Alfredo Rodríguez (cofundador y profesor en la escuela A Artística), es el protagonista junto a otros 16 intérpretes.

«El casting está cerrado y estamos completando el equipo humano y técnico que rondará las 40 personas. Presupuestamos solo 2.500 euros porque son suficientes para gastos operativos, dietas, transportes y poco más. Son alrededor de cuarenta personas», explica Bouzas.

Debido a su temática, El triste olor de la carne tendrá un tono de denuncia social y un estilo documental. El realizador manifiesta sobre el origen del proyecto, que «lo que vemos cada día en los medios de comunicación son datos y aquí se trata de centrarse en una historia. Cuando empecé a escribir el guion fue poco antes del bum de los desahucios más dramáticos. Yo partí de una investigación, pero llegué a una ficción, porque unas semanas después de acabarlo, tuvo lugar un caso real que hizo lo mismo que el protagonista. La ficción ya estaba escrita». El director indica que «el tema que más me interesaba tratar era la vergüenza, veía que la gente ocultaba su situación a sus allegados».

Gran Vía y Casco Vello

El productor añade que la mayoría de las localizaciones son «pequeños negocios de Vigo que se han prestado sin problemas. Tuvimos la tremenda suerte de encontrarles donde les necesitábamos». La Gran Vía y el Casco Vello serán los platós principales. «Es un reto para todos y una vez finalizada la película, esperamos moverla por festivales y que tenga una distribución amplia». El trabajo también servirá para dar un nuevo impulso a Deica Audiovisual, productora con base en Vigo que fundaron en el 2011 Paulo Bouzas, Pablo Kaufmann y Pío Cibreiro tras conocerse grabando un videoclip.