Creo que debo hacer una llamada a la cautela ante titulares impactantes, pero que no responden a la realidad («Vigo era Burbida, no hay otra opción»). Creo que no estamos ante verdades irrevocables, aunque tras ella haya mucho y respetable trabajo. Pero es una más de las muchas hipótesis que a lo largo de siglos se han hecho para saber cómo se llamaba Vigo en la Antigüedad o, a la inversa, dónde estaría ubicado el Vicus Spacorum o Vicus Pacorum del Itinerario de Antonino, que, como es bien sabido, es una de las fuentes con más problemas en muchas de sus calzadas, sea en nombres o en distancias. El propio nombre Vicus Spacorum es una decisión del editor Wesseling (424, 1) ante el Vicus Pacorum que realmente trae el msc. Incluso otros han querido corregirlo en Vicus Caporum o Coporum.
Así que no se podrá probar el nombre antiguo de Vigo hasta que no aparezca una inscripción latina que explícitamente nos lo asegure. Vigo cuenta hasta ahora con una treintena de inscripciones romanas, lo que confirma su importancia territorial, pero ninguna dice nada acerca de su nombre o entidad estatutaria. Además de esta falta de confirmación epigráfica, hay algunas cosas más que se oponen a la presente hipótesis del doctor Santos. Por ejemplo, no se puede defender simultáneamente que se tratara de «un importante puerto comercial, una ciudad extensa y próspera», y que se abandonara y no conservara en época medieval un nombre que habría sido bien conocido durante siglos, teniendo que recibir uno nuevo. Sería un fenómeno bastante raro.
Así que lo normal sería que la ciudad se llamara realmente Vicus. Un nombre que, frente a lo que el autor piensa («era imposible que fuese un vicus, una aldea» [...] «tan increíble como que nadie la pudiese llamar vicus»), en latín puede ser más cosas que una simple «aldea». Recuérdense casos como el muy similar del Vicus Ausetanorum, que sigue siendo la actual Vich o Vic.
Además, en una ruta Braga-Astorga Per loca maritima, la XX, en la que el tramo Aquis Celenis-Glandimiro aparece medido en estadios y no en millas, tendría que aparecer a la fuerza la ahora supuesta Burbida=Vigo, habiendo tan importante puerto en un tramo costero que cuenta con sólo tres puntos claves. Pero Burbida no está, y el que sí viene en ella como puerto importante es Vicus.
Sorprende también que el autor baraje un segundo nombre, al dejar Turonio como una posibilidad. Y él mismo se da cuenta de que la ausencia de miliarios en todo el valle debilita su hipótesis: «Esta proposta tamén sería coherente coa posición dos miliarios conservados, aínda que a ausencia destes monumentos no val do Fragoso pode ser unha debilidade desta hipótese». Por otro lado, no menciona la cuestión de la medición por estadios en el tramo costero de la vía XX, donde sí aparece Vicus. Ni tiene en cuenta que no se puede justificar bien que calzadas principales den grandes rodeos como el que él sugiere. Las calzadas van más rectas, y de cada principal se van separando ramales secundarios. Y así sería aquí el caso para alcanzar Vicus/Vigo desde la vía XIX. Pero tales ramales de entrada y salida no podrían ser la propia XIX.
Las hipótesis nuevas son muy buenas porque mueven la inercia y suscitan nuevas líneas y preguntas. Pero es bueno presentarlas ante la sociedad como propuestas a la comunidad científica, que las puede aceptar de inmediato, o bien verle inconvenientes razonables.