El Museo Británico acoge un grotesco grabado sobre la Batalla de Rande donde los vencedores defecan sobre españoles y galos
09 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.U n burro, azuzado por un inglés y un holandés, defecan encima de un español y de un francés, que reciben los excrementos dando «gracias a Dios» por la «fuerte lavativa». Éstos, a su vez, padecen una intensa diarrea, con deposiciones en forma de galeones. En el resto de la estampa vemos al Rey Sol, Luis XIV, con la campana de un tonto, y a Felipe V huyendo a lomos de un conejo. Una leyenda preside la escena: Vigo?s Cagados», o sea Los cagados de Vigo.
La estampa no pertenece al infierno de El Bosco, sino a algo también artístico, pero mucho más grotesco. Es un grabado holandés sobre la Batalla de Rande, que se conserva en el Museo Británico, y que hasta ahora no había aparecido en la historiografía sobre el acontecimiento. Vigo?s Cagados es el mayor escarnio conocido sobre el desastre naval del 23 de octubre de 1702.
Porque no todo fue épico en la Batalla de Rande. Hubo 2.800 muertos y 2.500 heridos. Un total de 17 galeones y 19 buques de la escolta francesa fueron capturados, incendiados o hundidos. Y la conocida internacionalmente como Batalla de Vigo se saldó como una de las mayores carnicerías navales de la historia. Una victoria total de la escuadra anglo-holandesa y un desastre para la armada franco-española. Sólo el tesoro de Indias, descargado previamente, se salvó de un episodio que quedó en la memoria de los contendientes.
En Inglaterra se acuñaron monedas con la plata que los vencedores lograron recuperar. Se dio a una céntrica calle el nombre de Vigo Lane (hoy, Vigo Street). Se fundieron medallas conmemorativas en Utrecht y Londres. Y se pintaron hermosos óleos representando la batalla.
Pero había más cuentas que ajustar. Inglaterra odiaba al petulante Luis XIV y sus ambiciones imperiales en Europa. Y las Siete Provincias Unidas de los Países Bajos no olvidaban las guerras de religión contra Felipe II. Así que Rande fue la oportunidad de recochinearse del enemigo.
Hasta ahora conocíamos los poemas satíricos publicados. Algunos incluso se reían del almirante George Rooke, por el pobre botín conseguido. Muchos fueron publicados en The Daily Courant, el primer diario de la historia, que comenzó a editarse ese mismo año y que tuvo Rande como su primer culebrón noticioso de éxito.
Pero nada alcanza la malicia y la grosería de Vigo?s Cagados, que esta semana hemos descubierto en los archivos del British Museum. El grabado fue impreso en Holanda, en 1703, tras la batalla. Aparece en primer plano un animal de carga con alforjas llenas de monedas. El conservador inglés afirma que es un buey (ox en inglés), pero lleva bridas y parece más un burro. El bicho tiene los cuartos traseros en pompa y defeca hacia el espectador. La bosta cae sobre dos personajes: un hidalgo español y un francés, que aparece desnudo. En sendas leyendas, los Cagados de Vigo exclaman: «Grande Clisterio» (Gran lavativa) y «Te Deum laudamus» (Te alabamos Señor).
A su vez, el francés y el español también defecan. Y sus deposiciones se convierten en los barcos de su flota y entre ellos está representada una gallina, sugiriendo cobardía.
A lo largo del grabado aparecen otras escenas menores. Como la que representa al rey Felipe V -el primer Borbón, antepasado de Juan Carlos I- huyendo sobre un conejo, perseguido por Carlos de Austria montado en un águila. Por su parte, Luis XIV de Francia aparece con una bolsa llena de monedas y la campana de un tonto. Tambiénvarios cofres del tesoro de Indias, con inscripciones en castellano de «pagador», «financiero» y «Por el Rey». En varios hay ratas royendo la madera. Al fondo del grabado se adivinan unas torres y se lee: «Santiago», en alusión a Compostela.
Esta joya del Museo Británico fue donada por los holandeses a la reina Ana Estuardo, soberana de Inglaterra durante la batalla de Rande. La relación entre los ingleses y las Provincias Unidas era tan estrecha que su predecesor como rey en Londres fue Guillermo III de Orange. Así que tenían muchas razones para reír juntos. Y Vigo?s Cagados, desde luego, debió de resultar muy jocoso.
Tres siglos más tarde, el grabado nos describe una época y sus pasiones. Y nos ayuda a entender el alcance popular de la Batalla de Vigo, conocida internacionalmente y que tiene su espacio en el Museo Británico, pero prácticamente ningún recuerdo en la ciudad que vivió el histórico combate naval. Para quienes se empeñan en ignorar Rande, tal vez el mensaje de Vigo´s Cagados resulte inspirador.