El gobierno socialista intentó ayer enfriar la polémica generada por las recientes acusaciones de Carlos Príncipe sobre favoritismo para dar empleos en el Concello vigués a personas del PSOE que provocó duros enfrentamientos verbales en el pleno del lunes. A diferencia del día anterior, en el que echó gasolina al fuego anunciando un sorprendente y novedoso boicot a la concejala popular Teresa Cendón, Regades compareció sin ganas de hablar de este tema y centrándose en asuntos de su concejalía.
A preguntas de los periodistas, insistió en que el boicot se va a mantener si no hay marcha atrás. No obstante, están a la espera de «un gesto de buena voluntad y que rectifique pronto para que todo se solucione». «De no ser así el grupo socialista abandonará el salón de sesiones cuando intervenga esta edila», aunque excluyó a Caballero. «El alcalde no puede irse: preside los plenos y en tal caso habría que suspenderlos», reconoció.
Sobre el fondo del asunto negó cualquier trato de favor a militantes del PSOE a la hora de realizar contratos, pero su principal interés en la rueda de prensa fue cerrar cuanto antes este espinoso asunto.
Su propia presencia, en lugar del segundo teniente de alcalde, Carlos Font, ya fue un indicativo de que preferían dejar pasar el asunto. Caballero no convocó rueda de prensa por estar fuera de Vigo y tampoco la primera teniente de alcalde, Carmela Silva, que como miembro de la Mesa del Congreso de los Diputados pasa gran parte de la semana en Madrid.
Bochorno del BNG
Tampoco los nacionalistas quisieron hurgar en la herida socialista una vez que optaron por no hablar del asunto en el pleno. Su portavoz, Iolanda Veloso, atribuyó la responsabilidad de lo ocurrido a Caballero, pero sin entrar en las acusaciones de enchufismo.
«O alcalde non fixo nada; debería ter moderado o tono do debate, non permitindo o rifirrafe entre os concelleiros do PP e do PSOE». En estas circunstancias «non entende» que después amenacen con boicotear a Cendón, «cando tralo segundo aviso podería expulsarla da sala se así o consideraba oportuno».
A su juicio, «o espectáculo foi bochornoso».