El Concello no les da servicio de luz por no invertir 3.000 euros en la obra
08 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Desde el pasado jueves los feriantes que participan en las fiestas de Coia y Bouzas han ido asentando sus hogares ambulantes en el solar de Navia, al que se han visto expulsados desde el año pasado. Allí se encontraron de nuevo con la absoluta carencia de infraestructura para tener en sus casas luz, agua, alcantarillado y contenedores de basura.
El Concello instaló el domingo cuatro grandes contenedores para que los feriantes pudiesen recoger su basura en el propio solar sin que necesitasen irse a casi cuatro kilómetros de distancia, dónde se encuentra el contenedor más cercano. También revisaron la instalación del alcantarillado y conectaron más mangueras a una nueva alcantarilla para expulsar con mayor seguridad las aguas residuales.
Pero el Concello sigue sin dar respuesta al principal reclamo de los ambulantes: luz y agua. «Hicieron un estudio y llegaron a la conclusión de que preparar la infraestructura necesaria para tener una toma de luz en esta zona costaría 3.000 euros», explica un feriante gallego, «pero nos obligaban a pagar esto entre todos a pesar de que ya pagamos para instalar nuestras barracas en las fiestas». De esta forma, tienen que conectarse de forma pirata a la toma más cercana, a pesar de que pagan sus facturas a la compañía eléctrica. Los feriantes creen que el Concello podría asumir esta inversión, que les beneficiaría a la larga, «pero en realidad no nos quieren aquí, quieren que hagamos la fiesta pero no quieren que vivamos en la ciudad», explica una feriante. Su enfado, muy visible, se debe a que creen que los tratan «como animales» y que este es el concello gallego que peor les trata.
La segunda gran reclamación que tienen es la del acceso al agua. Entre todos han comprado una manguera que han conectado al campo de fútbol de Navia. Desde ahí, el agua viaja al solar, donde llega sin presión alguna. «Te quieres duchar y salen cuatro gotitas de nada, no puede lavarte en condiciones», protesta enérgico un ambulante. Mucho más grave es el caso de una ambulante viguesa, «a mi caravana no llega el agua y tengo que ir a las caravanas de mis vecinos a lavarme, es vergonzoso».
Si todos estos problemas no fueran suficiente, se quejan también de la absoluta falta de seguridad en la que se encuentran. «A un compañero le robaron el año pasado de su caravana una lavadora y dinero», explica un feriante, «la policía no viene a vigilar, nos tienen aquí sueltos como animales».
Los feriantes creen que el Concello «no va a volver aquí, no tenemos ninguna esperanza».