Los urólogos del Chuvi intervienen a 1.200 vigueses sin pasar por quirófano
VIGO CIUDAD
Los tratan en salas especiales, lo que no requiere ingreso y acelera el proceso. La lista de espera ya baja
24 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Se puede operar sin entrar en quirófano. El servicio de Urología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) lo ha logrado ya en 1.200 casos, según datos del año pasado. Las intervenciones se hicieron de otra manera. En lugar de practicarse dentro de la sala de operaciones, se realizaron en una sala de técnicas, también llamada gabinete.
Y esto no es solo un cambio de nombre. La cirugía convencional, en el quirófano, implica que el paciente recibe anestesia y que se le opera de otra forma. Requiere unos diez días de ingreso y convalecencias posteriores largas. Existe una modalidad que es la cirugía mínimamente invasiva, con ingresos de dos o tres días -en algunos casos se reduce a unas horas- y tiempos de recuperación de dos o tres semanas. Con la nueva práctica, el paciente puede salir de la sala especial por su propio pie y marcharse a su casa. Al día siguiente, continúa con su vida normal.
«La seguridad del paciente es la misma», subraya Ojea, que señala que en algunos casos la intervención se hace el mismo día en que se consulta al enfermo. «No hay lista de espera, como mucho se tarda una semana», asegura. En total se hacen 3.200 intervenciones en el servicio, de manera que las no quirúrgicas ya rondan el 38 %. El facultativo cree que se puede llegar a superar el 50 %.
El servicio cuenta con dos gabinetes, ambos ubicados en el Meixoeiro. La fusión de los dos servicios del Chuvi ha permitido organizar los recursos de otra forma y compartir medios materiales y humanos. Ahora son catorce facultativos y cinco residentes.
La medida ya tiene impacto en la lista de espera. El 30 de septiembre del año pasado, el Sergas declaraba oficialmente una media de 69 días de espera para una consulta. En junio de este año ya eran solo 11 y, según el doctor Ojea, ahora son 7,5. Confía en que el impacto vaya creciendo. «Esto genera más dinamismo», dice.
Las técnicas que más se realizan fuera de quirófano son las tomas de muestras guiadas por ecografía (como las biopsias) y la endourología -acceder por la uretra hasta el riñón, en lugar de abrir el vientre-, que permite destruir pequeños cálculos renales. Se practican sin presencia de anestesista, porque son los urólogos los que administran un fármaco para evitar el dolor.
Todo lo que rodea a la entrada de un paciente en quirófano es demasiado aparatoso. La dinámica es diferente. También es necesario más personal y más tiempo, aunque el resultado final es el mismo. Con las intervenciones fuera de quirófano se pueden resolver más casos