El ministerio acepta que se sustituya a los peajistas por máquinas de cobro en cabinas como las de O Porriño, pero exige que no baje la calidad del servicio
27 oct 2014 . Actualizado a las 11:29 h.El Ministerio de Fomento no pondrá reparo alguno a la eliminación de cobradores en las áreas de peaje de O Porriño, así como en las de Miño y Carracedo (Pontevedra) como pretende llevar a cabo ya el próximo mes de diciembre la concesionaria de la autopista del Atlántico. El departamento que dirige Ana Pastor entiende que la recolocación de los 14 empleados que aún prestan sus servicios en el cobro de peajes en los tres puntos se debe a la exigencia hecha por el propio ministerio a Audasa para que proceda a reforzar las áreas que registran más tráfico y que el pasado verano fueron escenario de atascos en el regreso de las playas.
«La inspección de Fomento vigilará que se cumplan los estándares de calidad en la autopista y se exigirá que se dé el mismo servicio que hasta ahora ya sea con empleados o máquinas», señalan desde el ministerio tras conocer los planes de Audasa. Fomento argumenta que carece de competencias para indicar a la concesionaria cuantas cabinas tiene que haber activas en cada peaje, o si estas deben de ser atendidas por personal o de manera mecánica. «Eso sí, tiene que haber algún operario en las proximidades de las áreas de peaje automáticas o en condiciones de llegar a ellas de inmediato siempre que algún conductor registre algún tipo de problema en el pago o con el funcionamiento de las máquinas», indican desde Fomento. «Es responsabilidad del concesionario que todo funcione correctamente», añaden las mismas fuentes.
El ministerio asegura que tiene la intención de «estar encima» para vigilar que no haya incidencias, «y si las hay con el nuevo modelo de pago establecido, obligar a la empresa a que actúe para resolverlas de inmediato».
Sin despidos
La retirada de los cobradores de las tres áreas de peaje se llevará a cabo en un mes tras haber aceptado el plan de reordenación de Audasa su comité de personal, a cambio, eso sí, de que no se produzca ningún despido al menos hasta el 31 de diciembre del 2018. Los 14 cobradores afectados por la eliminación de sus cabinas han tenido que elegir durante la semana pasada otro destino más conveniente para conjugar su trabajo y lugar de residencia, comprometiéndose la empresa, según señaló la representación sindical, a cumplir las peticiones recolocando al personal en función de las jubilaciones que se registren a partir de ahora, en una plantilla precisamente de edad media alta.