La muestra de arte que se inauguró en abril del 2012 acaba de ser ampliada hasta el mes de junio del año 2015
27 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.En abril del año 2012, el Concello de Vigo presentaba la exposición Coleccións históricas no Museo de Castrelos. La muestra ya se anunciaba como un evento de largo recorrido que iba a permanecer en las emblemáticas instalaciones hasta el año siguiente, pero un trienio después será la misma muestra la que continuará como oferta de la joya de la corona de los museos vigueses. La exhibición que hasta hace unas semanas tenía como fecha de clausura el mes de diciembre del 2014, acaba de ser ampliada hasta junio del 2015. En total, y si no se prorroga de nuevo, serán tres años y dos meses los que permanezca abierta una exposición que se anuncia como temporal.
Lo paradójico es que el Museo de Castrelos se nutre prácticamente de sus ricos fondos, que en otros tiempos se actualizaban de forma periódica organizando más muestras temáticas aprovechando la cantidad de obras que atesora. La pinacoteca no necesita recurrir a una programación con fecha de caducidad. Sin embargo, la que bate récords de permanencia se organizó con motivo de su 75 aniversario. Fernando Quiñones de León, marqués de Alcedo, que no tuvo descendencia, donó a Vigo sus propiedades en 1924 a condición de que su uso fuese público y se construyesen un museo y un parque. Años después, el 22 de julio de 1937, tenía lugar la inauguración oficial del Pazo de Castrelos como primer museo de la ciudad.
La colección municipal de arte, asignada al museo Quiñones de León, está formada por más de 1.500 obras. Los rezagados aún tienen tiempo de verla. La exposición presenta una excelente selección de su colección de arte europeo antiguo; obras que en su mayoría formaron el primer Quiñones de León y que provienen del Legado Policarpo Sanz y del Depósito del Museo Nacional del Prado. A su muerte en 1889, el prócer legó a la ciudad más de cien obras de arte europeo, fundamentalmente de los siglos XVII y XVIII.
Muchas de las piezas estaban en el almacén o expuestas en el pazo, pero integradas en su decoración sin que se pudiese apreciar con detalle su calidad. La reforma de la primera planta del edificio en el 2011 hizo posible exhibir una selección de esos cuadros en las condiciones apropiadas.