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Estudiantes de Mos impulsan la recuperación del Castro do Torroso

A. Martínez MOS

EDUCACIÓN

CEDIDA

El gobierno municipal se compromete a elaborar un proyecto y a buscar ayudas de otras administraciones para ejecutarlo y poner en valor uno de los yacimientos más antiguos de Galicia

20 ene 2015 . Actualizado a las 18:11 h.

El gobierno de Mos estudia la puesta en valor del Castro do Torroso gracias a la iniciativa de un grupo de estudiantes de ciencias sociales del instituto de la localidad. La alcaldesa, Nidia Arévalo, recibió esta mañana a un grupo de alumnos, que le plantearon la necesidad de recuperar y promocionar uno de los elementos patrimoniales más interesantes del municipio. El castro data del siglo VII A.C. y es uno de los más antiguos de Galicia.

Tanto la alcaldesa, como la concejala de Educación, Kely Monzón, que también participó en el encuentro, acogieron con entusiasmo la iniciativa y anunciaron que desde el Concello se iniciarán inmediatamente los trámites para optimizar el castro, ya que una parte del yacimiento se encuentra en terrenos que no son de dominio público. La idea del gobierno municipal consiste en la limpieza de toda la vegetación que cubre el yacimiento, la instalación de paneles interpretativos y, por último, la consolidación de las estructuras dañadas. El Concello trabaja con el arqueólogo Alberte Reboreda, que sería el técnico especialista encargada de redactar el proyecto, para cuya ejecución se solicitarían ayudas a otras administraciones, entre ellas una ayuda de la Diputación de Pontevedra.

Los estudiantes del tercer curso de la ESO-Diver quieren de esta forma poner en valor un recurso patrimonial que se encuentra cerca de su instituto y, sin embargo, no es lo suficientemente conocido por el resto del alumnado.

El conocido como Castro de Torroso destaca por ser una aldea fortificada que se levantó en la transición entre la Edad de Bronce y la Edad de Hierro. En el Museo de Pontevedra se guardan todos los objetos que se exhumaron a lo largo de las campañas que se desarrollaron en el yacimiento entre 1984 y 1990 bajo la dirección del arqueólogo Antonio de la Peña. Entre otros hay restos cerámicos, fragmentos de metales, así como diferentes útiles líticos.