El tren entre A Coruña y Vigo bate récords. En los primeros seis meses de servicio rápido, desde abril a octubre de 2015, sumó más de un millón y medio de viajeros. Por rápido entendemos 80 minutos, un tiempo que tendrá que recortarse mucho para alcanzar los estándares de la alta velocidad, en la que todavía no está.
Barato no podemos decir que sea. A 18,10 euros el trayecto, no es un transporte apto para todos los bolsillos. Ida y vuelta son 29 euros, que no es poca cosa. Hay billetes en autobús de Vigo a Madrid por ese precio. Y de Santiago a Madrid en AVE solo cuesta 21 euros más, hasta un total de 50, por recorrer 1.300 kilómetros, ida y vuelta, en lugar de los 300 de A Coruña a Vigo. En resumen: es un servicio caro.
Cómodo, en cambio, sí lo es. De hecho, es incluso lujoso. Destaca la amplitud y comodidad de los asientos si los comparas con los trenes de Italia, Alemania o Inglaterra. Llevo tres años utilizándolos mucho, en especial los alemanes, prácticamente una semana cada mes, y el Alvia gallego puede presumir de unos vagones que prácticamente no encuentras en Inglaterra. Apenas los hay tan lujosos en Italia, salvo en los servicios Freccia Rossa, Freccia Argento y Freccia Bianca, además de la operadora privada Italo. El resto son unos trenes rápidos, con magníficas frecuencias, pero antiguos y poco cómodos. En Alemania, en cambio, sí son equiparables en líneas generales, sobre todos los de la clase IC, aunque los vagones están divididos entre primera y segunda clase. La comodidad del tren del corredor gallego equivaldría solo a la categoría preferente alemana. En la otra, aún en los trenes buenos, puedes viajar en un asiento abatible en un pasillo o incluso de pie.
Así que tenemos un tren muy cómodo, todavía poco rápido y bastante caro. Pero su problema es que no existe. Porque desaparece todos los días. Esto es lo que constituye un gran escándalo en el servicio ferroviario en Galicia.
Prácticamente todos los días -compruébenlo ustedes mismos en la propia web de Renfe- se agotan los billetes y aparece el epígrafe «Tren Completo». No se admiten viajeros. En varias frecuencias, no hay forma de viajar en tren entre Vigo y A Coruña, a menos que compres tu pasaje con muchas horas de antelación.
El pasado viernes, en la estación de A Coruña, a las 16.30 no se podía comprar ningún billete a Vigo hasta el último, el de las 21.00 horas. No había tren durante 4 horas y media. Estaban completos los rápidos de las 17.00 y de las 18.00. Y la situación se repite una y otra vez, de forma más grave los viernes y en horas punta. En mi caso, para no llegar a Vigo seis horas más tarde, terminé alquilando un coche en la estación.
Esta situación, que sistemáticamente no haya billetes, es algo que nunca he visto ni en Alemania, ni en Italia ni en Inglaterra. De hecho, en los tres países incluso te dejan subir al tren y viajar de pie. O en los asientos abatibles de los pasillos. Pero, sobre todo, cuando hay demanda, se ponen vagones. O se aumentan las frecuencias. Aquí, en cambio, en la línea más rentable de España, se deja a la gente sin servicio. Por falta de previsión de Renfe. O no saben de trenes o están directamente de cachondeo.
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