Niños de Chapela crean una empresa cosmética para ayudar a otros menores

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera REDONDELA / LA VOZ

VIGO

Oscar Vazquez

Esencia de Laredo, nacida en el colegio Laredo, tiene fines solidarios y ambientales

09 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Puede parecer tan triunfador como Trump y tan solidario como Obama. Raúl Valiñas, el presidente de Esencia de Laredo, una nueva marca de perfumes, todavía no ha cumplido doce años. Su vicepresidenta, Natalia González, es solo un año mayor. Estos niños han creado una compañía de cosmética solidaria y sostenible. La gestionan con sus compañeros de quinto y sexto de primaria

La sociedad que han creado no es ningún juego, dispone de número de identificación fiscal de la Agencia Tributaria. Se trata de una microempresa educativa, sostenible y solidaria que ha sido premiada por la Diputación de Pontevedra y ha obtenido el reconocimiento de la Fundación BBVA, que le otorgó el premio Valores de Futuro.

En pleno debate sobre cómo debe mejorarse la educación en España y si se imponen muchos deberes, el pequeño colegio de infantil y primaria Laredo, situado en Chapela demuestra que se pueden llevar a cabo tareas pragmáticas muy provechosas para los que las realizan y que revierten en las necesidades del prójimo. La teoría dice que si con doce años eres capaz de crear un empresa de cosmética, con 20 tendrás habilidades suficientes para poner en funcionamiento una compañía de vocación multinacional. Noa Cernadas, alumna de sexto de primaria del centro educativo, refrenda la importancia de este aprendizaje: «Hemos visitado empresas, trabajado en equipo y aprendido como se monta una empresa de verdad».

El primer paso para poner en marcha la compañía Esencia de Laredo fue disponer de un pequeño vivero de plantas aromáticas. El año pasado el director del centro, Abraham Domínguez, buscó palés de madera para crearlo. Ana Ruiz del Olmo, jefa de estudios del CEIP Laredo, explica que «creamos un xardín vertical de palés coas plantas». En la puesta en marcha de este jardín participaron todos los alumnos del centro desde los más pequeños, de tres años a los mayores de sexto de primaria.

Con los vegetales elaboraron primero un perfume de menta fresca pero ahora están produciendo botes de lavanda. El frasco evoca la Provenza francesa. Cada pequeño recipiente de 33 mililitros incluye una concha de la playa. Los caparazones de moluscos proceden del arenal más próximo al colegio desde el que se divisa la ría y el antiguo muelles de pescadores de Chapela.

La empresa está dividida en tres departamentos: el de compraventa, el de producción y márketing.

El consejo de administración de la empresa formado por niños se reúne una vez a la semana y allí toma las decisiones estratégicas sobre márketing y comercialización. Así decidieron que el bote de colonia con espray se vendiese a 3,50 euros. Todos los beneficios de las ventas van destinados a niños con dificultades que son tratados por la asociación Amencer, que se dedica al cuidado y desarrollo de la formación y habilidades de menores afectados por la parálisis cerebral. Con los fondos obtenidos por las primeras ventas los escolares de Chapela pudieron comprar una bicicleta adaptada a Hugo. También van a colaborar con la oenegé Sonrisas Pelonas, que ayuda a niños con cáncer.

Los pedidos de colonia se realizan a través de Internet y son atendidos por los propios escolares. Pero todavía queda mucho por hacer. Ya han ampliado la gama cosmética a pequeños jabones. En este caso el manejo de la glicerina puede conllevar cierto riesgo por lo que intervienen los tutores. Ahora están ensayando vender también botellas de relajación en la que las partículas plateadas brillan dentro del agua envasada.

Igualmente confeccionan pulseras y atrapasueños, amuletos tradicionales realizados con trozos de junco entrelazados con los que se componen siluetas que se cuelgan junto a la cabecera de la cama para no tener pesadillas. Pero los niños del colegio Laredo demuestran que no duermen mal. Todo lo contrario, albergan grandes sueños.