«Una enfermedad no es mala, es un aviso de que hay que cambiar algo»

carlos ponce BAIONA / LA VOZ

VIGO

Oscar Vazquez

La autora gondomareña Gloria Pérez presenta su cuarto libro, «La medicina del amor»

30 mar 2017 . Actualizado a las 12:22 h.

A Gloria Pérez le diagnosticaron esclerosis múltiple en el 2004. Desde entonces, dio un giro radical a su vida y se entregó a la espiritualidad y a la medicina natural. También decidió contar su experiencia a través de la literatura. Mañana presenta su cuarto libro, La medicina del amor.

-¿Qué se van a encontrar los lectores en su nuevo obra literaria?

-Es un libro novelado en el que un ser procedente de las estrellas decidió llegar al planeta Tierra para traernos sus enseñanzas sobre cómo aprender a amarnos a nosotros mismos. Esto viene derivado de que yo, en el 2004, fui diagnosticada de una enfermedad del sistema inmunológico que provocaba que mi propio cuerpo me atacase a mí misma. Este ser lo que hizo fue enseñarme a amarme. Es lo que yo reflejo en el libro. Es un viaje a lo largo de todos estos años, en los que en mi vida aparecieron diferentes disciplinas en las que fui aprendiendo varias cosas: amar a mi cuerpo a través de una buena alimentación, saber gestionar mis emociones y mi mente.

-¿Cómo cambió su vida cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple?

-Al principio fue un bajón muy grande, evidentemente, pero poco a poco se fue convirtiendo en un reto de superación. Yo pedí al universo que me ayudase a salir de ese diagnóstico y que me diera las herramientas suficientes para ello. Año tras año fui aplicando lo que iba conociendo. Pero el diagnóstico me cambió completamente. Tenía una academia donde daba clases. Era una mujer de ciencias, estudié Biología y Empresariales. A partir del diagnóstico mi vida cambió completamente. Mi socia me dejó, tuve que cerrar el negocio, me separé... O sea, que mi vida dio un vuelvo de 180 grados. Pero todo ello me sirvió para crecer como persona y poder superar la enfermedad.

-¿Cómo es el día a día con esa enfermedad?

-Yo soy asintomática completamente desde el 2005. No tengo ni el más mínimo síntoma. Mi último brote fue justamente en septiembre de ese año. Estuve medicada durante cinco años pero decidí dejarlo.

-¿Cómo logró superarlo?

-Con alimentación saludable, que era lo que yo conocía, porque aparte de tener la academia y dar clases también ejercía como especialista en dietética y nutrición. Luego sabía que la clave era saber gestionar mis emociones porque yo tenía claro que el diagnóstico de mi enfermedad era totalmente emocional. Empecé a formarme en diferentes disciplinas, a trabajar esas otras cosas que no nos parecen tan cercanas porque no son físicas, como el poder de la mente o las emociones, que nos pueden provocar enfermedades. En total, trece años formándome en diferentes terapias alternativas.

-¿Qué ventajas tienen en su opinión esas terapias alternativas frente a la medicina tradicional?

-Que no tienen efectos secundarios y nunca te van a hacer daño, entonces no nos cuesta nada probar. Si funciona, funciona, y si no, pues no pasa nada. Evidentemente son más lentas. Tampoco es necesario dejar la medicina tradicional. Pero yo estuve medicada cinco años y evidentemente tenía efectos secundarios, porque la medicación que yo me metía era como una quimioterapia, entonces mi cuerpo obviamente se resentía. Dejé de medicarme en el 2010 y ahora mismo mis analíticas son perfectas. De aquella no lo eran.

-¿Qué le diría a alguien que le diagnostican esclerosis múltiple?

-Que no tire nunca la toalla. Que una enfermedad no es mala, sino que avisa de que te has desviado de tu camino y que hay que corregir lo que ha provocado ese diagnóstico. Sea la enfermedad que sea, es un aviso de que hay que cambiar algo.

El diagnóstico llegó en el 2004 y su vida cambió por completo. Ahora asegura que no tiene ningún síntoma y que desde que dejó la medicación, hace siete años, las analíticas le salen perfectas.