El Gran de Area premia las buenas prácticas en 2 rehabilitaciones del patrimonio cultural

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

A GUARDA

santi m. amil

La Xunta promovió las obras del castillo de Santa Cruz de A Guarda y Museo do Viño de Ribadavia

12 nov 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

No es posible obtener una obra arquitectónica de calidad sin la intervención conjunta de arquitectos, promotores, constructores y aparejadores. Así lo reconoce anualmente el Colegio de Arquitectos de Galicia a través de las obras galardonadas con los premios Gran de Area. En la presente edición, fueron reconocidas esas buenas prácticas en dos intervenciones sobre el patrimonio cultural gallego promovidas por la Consellería de Educación e Cultura.

La primera de estas rehabilitaciones se produjo en el castillo de Santa Cruz, en el municipio de A Guarda. En una extensa parcela que cobijaba un castillo construido en el siglo XVII, el estudio Rodríguez + Pintos Arquitectos SLP creó el Centro de Interpretación das Fortaleza Transfronteirizas do Baixo Miño.

«Inicialmente era un obra muy discreta porque no se planteaba intervenir en el conjunto», recuerda Santiago Pintos, del estudio vigués. «La enorme riqueza patrimonial e incluso urbanística que se escondía bajo la intensa maleza permitió, poco a poco, acometer el conjunto bajo los criterios de la Dirección Xeral de Patrimonio, que, entre otras cosas, mantuvo el acertado criterio que no se eliminase ninguna huella de lo que fue el edificio», añade el arquitecto. Aunque inicialmente fue una fortaleza militar, posteriormente pasó a manos privadas y se convirtió en una residencia de indianos, de ahí que se conservasen elementos como el palomar y la vivienda, donde se realizó el centro.

Aquel edificio, que fue residencia de los propietarios de esta finca durante décadas, no era suficiente para cubrir el programa de necesidades que planteaba la Consellería de Cultura debido a que se preveía la existencia de una recepción de visitantes, una pequeña cafetería, unos aseos, etc. Para esa ampliación, el estudio de arquitectos propuso sus propios criterios basados en los volúmenes que durante su época militar tenía el castillo. El resultado de toda la operación se puede ver actualmente en A Guarda.

El otro ejemplo de rehabilitación impulsada por la Consellería de Cultura que obtuvo un premio Gran de Area es el futuro Museo do Viño de la rectoral de Santo André, en Ribadavia. «Es un edificio muy singular de por sí ya que es una antigua rectoral que abastecía a San Martín Pinario, en Santiago de Compostela», explica el arquitecto Manuel Seoane Feijoo, autor de la rehabilitación. «Cuando estás en un edificio con tanta carga cultural tratas de compaginar lo que haces habitualmente con el propio edificio», añade el arquitecto.

La futura finalidad del centro como Museo do Viño llevó al arquitecto a pensar en el usuario. «La gente debe moverse por él sin preguntar y con un recorrido lógico», explica. Manuel Seoane quedó gratamente sorprendido por el lugar la primera vez que lo vio.

«Por la configuración de la arquitectura que se ve enseguida se comprende que es un edificio pensado desde el principio para fabricar vino; ya la cimentación se hizo con la idea de colocar cinco lagares de grandes dimensiones para fabricar cantidades importantes de vino», dice el arquitecto. Por todo ello, Manuel Seoane tuvo que afinar en el diseño para introducir materiales contemporáneos. «Tratamos, eso sí, de que esa introducción no afecte al conjunto del edificio y sí mantenga el confort de las instalaciones», concluye el arquitecto Manuel Seoane Feijoo.