La caja negra confirma una velocidad excesiva del tren de O Porriño: iba a 118 kilómetros por hora

A. Martínez / P. González

O PORRIÑO

M.Moralejo

Hoy se ha procedido al volcado de los datos de las cajas negras en el juzgado de instrucción número 2 de O Porriño

13 sep 2016 . Actualizado a las 19:20 h.

El tren accidentado en O Porriño llevaba una velocidad excesiva cuando se produjo el accidente que causó la muerte a cuatro personas y heridas de diversa consideración a decenas de ellas. Así lo ha confirmado el perito judicial Carlos Carballeira designado por la Xunta a la salida del juzgado de instrucción número 2 de O Porriño, donde se ha procedido al volcado de los datos de la caja negra.

En el momento del accidente, el tren circulaba a 118 kilómetros por hora, con un margen de error de unos tres kilómetros por hora dependiendo del diámetro de la rueda que se va a determinar ahora

La velocidad máxima en la línea general es de 120 por hora pero el pasado viernes se estaban realizando unos trabajos de mantenimiento que obligaron al convoy a desviarse por una vía secundaria, que tiene limitada la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora.  El maquinista apenas accionó el freno por lo que ahora hay que determinar por qué. 

En principio, el enclavamiento de O Porriño -el sistema electrónico que controla las señales y los cambios de agujas- funcionó correctamente, de forma que las señales estaban en amarillo (precaución). El maquinista reconoció una docena de señales en el tramo del accidente, menos la última, cuando supuestamente ya había impactado. Entre ellas, el maquinista recibió y cursó recibo de haber recibido (pulsando un botón) dos avisos L1, que implican la necesidad de moderar la velocidad. Si no hubiera reconocido las señales acústicas el tren se habría parado, pues está equipado con ASFA analógico. Pero lo que no hace este sistema es reconducir una velocidad excesiva.

En principio, los técnicos supervisaron también los cambios de agujas y no encontraron defectos. El tren Celta descarrila en el segundo desvío, unos 50 metros antes del puente.

Ya se ha finalizado con el volcado de los datos de la caja negra instalada por Renfe y se está ahora procediendo con la instalada por Comboios de Portugal. 

Antes, esta misma mañana, el miembro de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios Edmundo Parra dijo que todo apuntaba a que «fue un exceso de velocidad». «No buscamos culpables, sino mejorar el sistema ferroviario», ha añadido.

En la apertura de la caja negra han estado presentes dos peritos de la Xunta que aportó para la investigación del descarrilamiento ocurrido el viernes pasado y que son los mismos funcionarios que están investigando el accidente del Alvia en Santiago, procedimiento en el que hay un tercer perito judicial no vinculado con la Administración.

M.Moralejo

En un principio la jueza reclamó a la Xunta un listado de expertos para asistir hoy al volcado de los datos de la caja negra, una diligencia en la que también han participado técnicos del ADIF y Renfe, así como de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) y de Comboios de Portugal, la operadora ferroviaria lusa. Una vez recibido el exhorto judicial, la Xunta pidió una aclaración a la jueza para que afinara más en el perfil de los técnicos que necesitaba. La instructora solicitó entonces que los peritos debían ser un ingeniero industrial y otro de Caminos, con conocimientos en materia ferroviaria. De forma casi inmediata, la Xunta aportó los nombres de Juan Carlos Carballeira Rifón (ingeniero de Caminos) y José Manuel Lamela(ingeniero industrial).

Ambos técnicos fueron cuestionados en su momento por las víctimas del Alvia y otras partes del procedimiento, al considerar que no eran independientes por su vinculación con el Gobierno autónomo. Y hay que recordar que la jueza de O Porriño pidió peritos para realizar «una investigación independiente» del siniestro.

Por otra parte, el juzgado ya ha recibido la huella indubitada del maquinista portugués fallecido. Se ha confirmado oficialmente la identidad y ya se está haciendo entrega del cuerpo a la familia.