Vigo genera 56.430 toneladas de envases al año

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La nueva ley europea de embalaje con plásticos reducirá el uso de este material tan contaminante

10 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana conocíamos la excelente noticia de que el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo alcanzaron un primer acuerdo para elaborar una directiva que pondría fin a los embalajes de plástico de un solo uso. Para hacernos una idea de la magnitud de este problema y ser conscientes de a lo que nos estamos enfrentando, tomemos Vigo como ejemplo de caso.

Cada año, Vigo genera 56.430 toneladas de residuos de envases, o lo que es lo mismo, 190 kilos por cada vigués y viguesa. Pero si les parece mucho, pensemos que la previsión, que en buena medida ha propiciado este proyecto de ley, estima que una ciudad como Vigo producirá, si no se toman medidas drásticas para evitarlo, más de 62 millones de kilos anuales de estos residuos en el año 2030 (por encima de 209 kilos por persona y año).

Todo esto es apenas la punta del iceberg si lo comparamos con los datos globales. Solamente para envases, producimos más de 150 millones de toneladas de plástico al año, pero no es sencillo identificar los plásticos pues su composición se ilustra con tres flechas formando un triángulo y un número que indica el tipo de plástico de que se trata y es fundamental para su gestión.

La traducción de ese código y sus usos principales sería:

1. Tereftalato de polietileno (PET). Botellas de bebidas, vasos, otros envases, etc.

2. Polietileno de alta densidad (HDPE). Botellas de champú, gel y productos de limpieza, tazas, jarras, etc.

3. Policloruro de vinilo (PVC). Tuberías, revestimientos, suelos etc.

4. Polietileno de baja densidad (LDPE). Bolsas de plástico, anillas de latas de bebidas, tubos, etc.

5. Polipropileno (PP). Tapones y pajitas de bebidas, fibras industriales, envases de alimentos, etc.

6. Poliestireno (PS). Utensilios de plástico, espuma de poliestireno, bandejas de cafetería, juguetes de plástico rígido, etc.

7. Otras mezclas de plásticos, como acrílico, nailon, policarbonato o ácido poliláctico (PLA). Jeringuillas, biberones, discos compactos, etc.

Según un reciente informe publicado por el Center for Climate Integrity (CCC) en 2019, la producción mundial de plástico alcanzó los 368 millones de toneladas, pero se prevé que se duplique en 20 años. Se estima que solamente el 9 % de los residuos plásticos del mundo se ha reciclado alguna vez, el 12% se ha incinerado y el 79% restante se acumula en los ecosistemas naturales. Por ejemplo, cada cinco segundos una tonelada de plásticos se vierte al mar y el peso total del plástico que hemos fabricado ya equivale a 2/3 de la masa de toda la población mundial.

En nuestro país las cifras de reciclaje real de plásticos no superan el 25 % cuando la normativa europea de residuos nos dice que desde 2020 ya tendríamos que estar reciclando el 50 % de toda la recogida selectiva.

Los principales fabricantes de envases de bebidas se comprometieron a aumentar el contenido reciclado posconsumo en las botellas de PET entre un 25 % y un 50% para el año 2025. En caso de que se cumpla su compromiso, solo se reduciría la contaminación producida por estas botellas en un 7 %. Agregar más contenido de plástico reciclado a una botella no terminará de resolver el problema si esa botella está diseñada para usar y tirar. Sin embargo, un aumento de solamente diez puntos en la proporción de envases reutilizables para el 2030 eliminaría más de un billón de botellas y vasos de plástico de un solo uso y evitaría que hasta 153.000 millones de estos envases llegasen a nuestros ríos y mares.

Necesitamos cambiar la manera de pensar. En lugar de preguntarnos qué hacemos con los residuos plásticos, pensemos mejor en reducir esos residuos.