Tripulantes del Karar admiten que transportaban la cocaína, pero se contradicen en sus declaraciones

Javier Romero Doniz
J. ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Imagen de la primera jornada del juicio, que arrancó el pasado miércoles 17 de abril
Imagen de la primera jornada del juicio, que arrancó el pasado miércoles 17 de abril M.MORALEJO

El capitán asegura que las coordenadas para la descarga las dio un gallego a bordo; otro embarcado apunta a un tercer hombre

23 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El capitán del MV Karar, el buque remolcador que en abril del 2020 fue intervenido con 3.824 kilos de cocaína, admitió ayer en el juicio por ese alijo que sabía que iba a transportar droga desde antes de zarpar de Panamá, el 6 de marzo del 2020, y que el gallego que iba a bordo de la embarcación le dio las coordenadas para entregar la cocaína a unas 350 millas náuticas de Vigo. Alim U., capitán y que se enfrenta a 13 años y medio de prisión, fue el encargado de abrir los interrogatorios en el juicio que se sigue en la macrosala de la Cidade da Xustiza de Vigo. Por medio de un intérprete, explicó que embarcó con los tripulantes de Nepal y Bangladés, a los que posteriormente se sumó un gallego, José Manuel B. G., en Puerto Colón (Panamá).

Alim añadió que las coordenadas para hacer la descarga en alta mar las facilitó este gallego de O Morrazo; pero otro tripulante declaró, también ayer, que las coordenadas las facilitó un hombre de Bangladés con permiso de residencia en Panamá, de donde zarpó este remolcador. La droga, detalló, fue cargada en la embarcación a 100 kilómetros de Colombia a través de una grúa el 5 de abril, mientras él se encontraba en su cabina. Según explicó, el gallego que iba a bordo se encargó de contar los fardos, 154, dos menos de los que constaron oficialmente en el recuento de los investigadores en España.

Según dijo el acusado, tenían contacto con el exterior a través de un teléfono satelital, y recibían las órdenes de una persona residente en Panamá que no llegó a embarcar y que era la que se comunicaba con uno de los tripulantes, Kiran T., que era quien le trasladaba indicaciones al capitán. Señaló también que José Manuel B. G. era el que sabía la localización en la que entregar la mercancía, y que fue anotada en la carta de navegación, en el puente de mando del buque.

El tercer hombre

La vista de ayer dio tiempo para otras cinco declaraciones. Todos admitieron los delitos —aunque algunos incurrieron en contradicciones— y relataron con traductor su versión de los hechos. En algunas declaraciones surgió la figura de una persona que no está encausada y sería la responsable de gestionar la trama, que no su responsable final. Un hombre natural de Bangladés, que reside en Colombia desde hace años y que tiene permiso de residencia en Panamá, de donde zarpó el barco. Este hombre, apellidado Lama, según otro testigo, fue el encargado de facilitar la anotación con las coordenadas y el teléfono satelital para coordinar el encuentro entre el barco nodriza y las embarcaciones que saldrían al encuentro del alijo. Ese testigo también declaró que considera poco probable que los dos fardos que han desaparecido, con 60 kilos de cocaína, fueran sustraídos dentro del barco. Explicó que se almacenaron en una parte del barco cuya puerta se cerró con tornillos y en donde a cada tornillo se le puso una brida.

Por otra parte, la presidenta del tribunal admitió la prueba documental aportada por el fiscal el pasado viernes —imágenes de una de las naves registradas y del buque con la cocaína a bordo ya en puerto—, a pesar de la oposición de la defensa del principal acusado, Juan Carlos Santórum, y de la de otros procesados. La letrada consideraba que era una prueba extemporánea —se aportó 4 años después de la grabación—, que carecía de seguridad jurídica y de trazabilidad del contenido, un documento digital en el que, además, «no se puede identificar a ninguna de las personas que aparecen» en él.