Del bikini surfero de Tarifa al hiyab de Tánger

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Escasa hora y media de ferri es lo que dura este viaje entre dos mundos. La «hippy chic» Tarifa nos despide en España, la exótica Tánger nos recibe en Marruecos. Todo un impacto

18 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las playas de Cádiz son un paraíso donde pequeños dioses cabalgan las olas. La desenfadada y chic Tarifa es durante los meses de buen tiempo, que aquí son muchos, punto de reunión de los surferos de toda Europa. Jóvenes dorados por el sol y musculados por el deporte exhiben sus cuerpos con orgullo en la inmensidad de los arenales gaditanos. Zahara, Zahora o El Palmar son algunos de sus preferidos para mostrarse subidos a las tablas enfundados en bañadores y bikinis de última moda. Todo un festival de belleza y alegría de vivir que se contagia. Un buen punto de arranque para lanzarnos a este viaje entre dos mundos que deja huella. ¿Vienes?

SIN PASAPORTE

Cruzar el Estrecho y salvar las 17 millas náuticas que separan España de Marruecos es muy sencillo. Ni siquiera hace falta pasaporte (si vas a ir y volver en el mismo día), aunque sí DNI. Hay una gran oferta de ferris con amplios horarios y también tours de un día organizados que incluyen transporte desde el puerto de Tánger a la medina con guía incluido y que resultan más baratos que comprar solo el billete por tu cuenta. Están a la venta en internet. Fácil. Muy fácil.

Pero cuidado, porque tal vez no estés tan preparado para cambiar los chiringuitos surferos que amenizan con música las idílicas puestas de sol por la laberíntica medina amurallada que te recibe en Tánger. Caminar sin perderse por las callejuelas llenas de tiendas que nos conducen hasta el Petit Socco (el pequeño zoco) puede ser una experiencia abrumadora. Si vas sin guía local te perderás veinte veces y además te asediarán sin piedad para que entres a comprar en los establecimientos. Mantén la calma, recuerda tu espíritu zen y disfruta del ambiente. Callejea y fíjate en los detalles. Las puertas maravillosas, las mujeres que se cubren la cabeza con su hiyab, la llamada al rezo desde la mezquita, los artesanos, las alfombras. Relájate tomando un delicioso té con hierbabuena (aquí no hay cerveza) en el glamuroso Hotel Continental (el de El tiempo entre costuras) y enamórate de la vista de la bahía. Y hay un sabroso cuscús que puedes degustar en un menú muy completo que no suma más de 15 euros. Y con música en directo. Si la soportas.

Tánger, que tentó con sus encantos a Capote, Laforet o Bowles, es la puerta de un universo exótico que se disfruta con plenitud si tienes tu billete de vuelta en el bolsillo. Bon voyage.