«Hijo de la luz y de la sombra» vuelve a unir, después de 32 años, al cantautor con la obra del escritor
27 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Como quien vuelve a visitar a un viejo amigo, Joan Manuel Serrat (Poble Sec, Barcelona, 1943) ha regresado a Miguel Hernández (Orihuela, Alicante, 1910-Alicante, 1942), el poeta muerto a los 32 años en la prisión alicantina. Pero, aunque esta amistad es imposible, no en vano Serrat nació un año después de que muriera Hernández, sí es real como la vida misma una relación gestada a base de lecturas y relecturas que el cantautor catalán no ha dejado de practicar durante décadas. Si en 1972 editó aquel célebre disco bajo el título del nombre del poeta, es ahora en el 2010 cuando Joan Manuel Serrat lanza el órdago de recuperar a Miguel Hernández a través de los trece poemas musicados que componen Hijo de la luz y de la sombra.
Mientras Serrat parece feliz con el disco, pese a iniciales complicaciones con los herederos del poeta, la crítica ha saludado este trabajo como se recibe a los discos que causan conmoción. Y es raro, porque se trata de un cantautor veterano que pone música a un poeta, y no parece que vayan por ahí los tiros actuales del negocio. Pero como señaló hace unos meses el propio Serrat a La Voz, cuando trabajaba en la preparación de este disco: «La lectura de Miguel Hernández respira vigencia». Y así parece que ha de ser.
De esta manera han pasado cuatro décadas ya desde aquella canción fundamental que era, y es, Para la libertad, y que demostraba que a la poesía de Miguel Hernández le sentaba como anillo al dedo la música y voz de Joan Manuel Serrat.
Y ahora, después de 40 años (y lanzado un casual y casi sarcástico 23 de febrero), Tus cartas son un vino o El hambre no hacen sino corroborar el idilio poético y musical de dos artistas unidos por la palabra.
Energías en el poeta
En aquella charla con este periódico, Serrat afirmaba, a la pregunta de si pensaba hacerle una canción a la crisis, que «esa es una canción general que se le está ocurriendo a todo el mundo. Podría haber un concurso? Yo, personalmente, estoy trabajando en un disco sobre poemas de Miguel Hernández».
Sirva, tajante, como ejemplo de que era cierto que tenía todas las energías depositadas en el poeta. Y que también la capacidad hipnótica de la poesía de Hernández, ejercida en este caso sobre Serrat, queda demostrada, porque, en un principio, se trataba de incorporar un par de temas al nuevo repertorio para conmemorar los 100 años del nacimiento del escritor. Y aquello terminó en esta gran obra.
De esta manera, Joan Manuel Serrat, que no tiene que justificar a nadie el porqué de sus trabajos, a los que hay que recibir como una bendición, ha explicado, acerca de las razones que le llevaron a este reencuentro con la obra de Hernández, que la más importante y la que lo convenció «del interés y validez del proyecto es la intemporalidad de su poesía, la vigencia de sus versos más allá del lugar y el tiempo en que vieron la luz, más allá del contexto en que nacieron, versos que siguen sonando tan sólidos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí», según escribe en su página web el músico.
Y es cierto. Porque más allá del tiempo existencial, en la verdad de la irrealidad poética, está claro que Joan Manuel Serrat y Miguel Hernández son pura sintonía.