Una amplia antología y un poemario descubren al lector español la poderosa voz del escritor inglés Ted Hughes

CULTURA
Hace unos días se anunció el traslado para el 2011 de los restos de Ted Hughes (1930-1998) al llamado Poets' Corner en la abadía de Westminster, una suerte de panteón nacional donde se honra a Chaucer, Shakespeare y Dickens, entre otros grandes escritores ingleses. La decisión supone la consagración definitiva del autor, aunque reavivó la nunca cerrada polémica en torno al que fue poeta laureado, y en la que en buena medida influyó su vida personal (sus dos esposas, una de ellas la también poeta Sylvia Plath, se suicidaron).
Hasta ahora, eran contadas las oportunidades que el lector español tenía de acceder a la poesía de Hughes, pero este vacío lo acaba de remediar la publicación de uno de sus poemarios más ambiciosos y a la vez herméticos, Gaudete (Lumen), y la amplia antología bilingüe El azor en el páramo (Bartleby). El antólogo y traductor de esta obra, el poeta gallego Xoán Abeleira, eligió 68 escritos, uno por cada año de vida de Hughes. En un escritor que se resiste a las clasificaciones -«é un portento en todos os sensos: semántico, sintáctico, metafórico», resume Abeleira- existe consenso sobre el papel que la naturaleza desempeñó en su obra, y que revolucionó la relación lírica del hombre con ese entorno. «A diferenza dos románticos, Hughes fundiuse coa natureza tomándoa tal e como é: coas súas forzas construtivas e destrutivas», explica su traductor, que añade que el poeta veía en la naturaleza una fuente de energía curadora: «Coma a propia arte. E estaba certo de que o ser humano debía reconciliarse con esta, volver dialogar con esta, no canto de destruíla, como o está a facer». Pero, advierte, el poeta también ve en la naturaleza una fuerza peligrosa, ya que su potencia es «amoral»; el ser humano debe mantener un equilibrio con ella y no romperlo.
Abeleira ha tomado poemas de algunos de los libros más célebres de Hughes, como The Hawk in the Rain, Crow y Birthday Letters ; la antología no incluye ninguno de Gaudete por cuestiones de derechos de autor. Publicado originariamente en 1977, la traducción de Gaudete ha sido fruto de varios años de trabajo del argentino Juan Elías Tovar, quien se enfrentó a un libro que experimenta con la permeabilidad de los géneros y los límites del lenguaje, un salto al vacío literario.