Enrique Vila Matas recibe un galardón del máximo prestigio, se trata del Premio Bottari Lattes Grinzane, heredero del Grinzane Cavour
04 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Recibe Enrique Vila Matas (Barcelona, 1948), en este caso en Italia, un galardón del máximo prestigio. Se trata del Premio Bottari Lattes Grinzane, heredero del Grinzane Cavour. Y esta nueva distinción le llega al autor de Dublinesca cuando en torno a él concurren dos circunstancias absolutamente excepcionales: por un lado, que un escritor de la mayor exigencia, cuya obra jamás hace concesiones, está encontrando el reconocimiento de decenas de miles de lectores; y, por otro, que un autor en lengua española se sitúa en primera línea de las letras de Europa.
-La pregunta carece por completo de sentido, pero aun así vamos a hacerla: ¿Cómo se siente, en este momento...?
-Pues me ha sorprendido la noticia, esta alegría, que me llega de Italia cuando aquí cada vez se habla menos de libros. Dublinesca ha aparecido hace apenas un año, pero en Francia ha recibido ya el premio Jean Carrière y ahora le llega el Bottari Lattes Grinzane desde Italia. Y aunque los premios no tienen nada que ver con el trabajo diario, no dejo de decir cuánto me alegra este, que es absolutamente independiente.
-Su literatura, tan libre de ataduras, camina, sin concesiones, hacia lo inaprensible. Hacia lo que no puede ser iluminado fácilmente.
-A mí me resulta imposible entender la literatura si no es como un espacio de la máxima libertad. Y me interesa muy especialmente el momento en el que uno llega a percibir que eso es así.
-¿Por qué? ¿Qué sucede entonces, exactamente?
-Que es el momento en el que te das cuenta de hasta dónde puedes llegar, a través de la literatura, en un territorio que solo a ti te pertenece. Quiero progresar cada día un poco más en esa dirección, seguir avanzando. Es necesario independizarse de todo aquello que nos impide ser libres.
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