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Los arquitectos gallegos premian obras con valores autóctonos

b. Pallas REDACCIÓN / A CORUÑA

CULTURA

El COAG seleccionó los mejores trabajos entre 169 aspirantes de gran calidad

30 mar 2011 . Actualizado a las 20:00 h.

Trabajo, esfuerzo y oficio. Esos son los elementos comunes a los trabajos distinguidos en los premios del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia de este año. El jurado examinó 169 trabajos cuya alta calidad dio lugar a un arduo proceso de selección de obras que destacan por «una arquitectura muy medida, sin intervenciones extrañas», explica Alfredo Díaz Grande, presidente de la comisón de cultura del COAG y miembro del jurado. Del comité formaron parte también Celestino García Braña, Xosé Manuel Casabella, Pedro Taboada de Zúñiga Campos, y dos vocales de prestigio como Emilio Tuñón, coautor del nuevo consistorio de Lalín, y Lluis Clotet, premio Nacional de Arquitectura 2010.

«Hemos encontrado obras con una arquitectura muy cercana al lugar, con un reconocimiento de los valores propios y los materiales tradicionales», señala Díaz Grande, que destaca que en algunos apartados existen varios accésits.

En la primera de las categorías, la de nueva planta, el proyecto elegido ha sido la Casa Mercedes, en Ciudad Jardín, de A Coruña, alabada por todo el jurado y realizada por Juan Creus Andrade y Covadonga Carrasco López. Se da la circunstancia de que este equipo de arquitectos, que cuentan entre sus obras la sede de la Fundación Luís Seoane, reciben también el primer premio en la categoría de espacios abiertos de uso público por la remodelación del puerto de Malpica.

En el apartado de rehabilitación, el galardonado es un inmueble de Vigo realizado por Alfredo Sirvent, mientras que en planificación y desarrollo urbanos se distingue al conjunto residencial Manzana Masso, realizado en la plaza del Concello de Bueu por Jerónimo Junquera, Liliana Obal y Teodoro de Francisco Antes.

El Centro Cultural de la UDC, en Riazor, realizado por Gabriel Santos y Mario de Felice, es destacado como labor de decoración e interiorismo, mientras que en arquitecturas efímeras se premia un simpático acto de imposición de manos en el suelo de un centro de atención a la primera infancia.

En la categoría de menciones a la arquitectura de bajo coste, el premio es para el Instituto del Campo de Xinzo de Limia, obra de Santiago Barge, María Belén Bouza y Olalla Barge. En las menciones de primera obra, para las carreras que comienzan, la premiada es una farmacia de Salvaterra de Miño (Pontevedra) realizada por Faustino Patiño y Juan Ignacio Prieto.