Para los motoristas de toda la vida la lluvia no es una limitación sino un motivo más para extremar la precaución. Por eso ayer, a pesar del agua, se celebró la concentración organizada por el club de motos antiguas de Ourense.
En Celanova se dieron cita casi un centenar de pilotos que convirtieron la carretera en un museo sobre ruedas. Ellos mismos explicaban que una moto adquiere el calificativo de antigua cuando supera los 25 años de vida. Ejemplos de cómo sobrellevan los vehículos de dos ruedas el cuarto de siglo hubo muchos en esta concentración en la que también se dejaron ver piezas con más solera y más años, como una Indian de principios del siglo XX. Los motores también hablaron ayer inglés y alemán y por supuesto italiano, gracias a los modelos Vespa y Lambretta. No faltó la representación nacional con las Montesa y Bultaco que se pasearon por Celanova.
Con la lluvia dando una tregua, la comitiva de antigüedades sobre ruedas llegó hasta Bande y Muiños. Los pilotos aprovecharon para disfrutar de las joyas patrimoniales y naturales de la Baixa Limia, que sumó a sus atractivos, durante un día, un museo en la carretera.