Ernesto Schreck (Ourense, 1965) regenta el estudio de fotografía que lleva su apellido desde el año 1922, donde ya su abuelo, de origen alemán, ejercía esta profesión creando así tres generaciones de fotógrafos en nuestra ciudad.
-¿Con qué propósito nació este negocio de fotografía?
-Pues este negocio nació en el año 1922 gracias a mis abuelos. Es una historia muy bonita. Mi abuela era hija de fotógrafo en Logroño y llegó junto a mi abuelo a Ourense. El fotógrafo Samaniego traspasaba el local y ellos decidieron iniciar el proyecto para ganarse la vida de una manera independiente a sus padres.
-¿Aquí ocupa un lugar más importante la fotografía de estudio que el revelado individual?
-Sí. En los primeros tiempos todo el proceso se hacía aquí; seguimos manteniendo el laboratorio de blanco y negro pero ahora la mayoría es digital. Trabajamos, sobre todo, el retrato.
-¿Cuál es el origen de su apellido?
-Alemán, de un pueblo llamado Kostrzyn, hoy es territorio polaco.
-¿Como fue el cambio de analógico a digital?
-Tuvo que ser muy repentino o nos quedábamos atrás, el retoque fotográfico que también se hacía a mano ahora se hace en digital.
-¿Se ha notado la crisis este año?
-Se ha notado pero observamos un legado generacional de clientes. Esta profesión conlleva ser una especie de psicólogo con el cliente.