Foula suspende la cita nacional de carrileros por los destrozos constantes en su parque

J. M. G.

OURENSE

20 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Asociación Carrilanos de Foula decidió suspender por primera vez en ocho años el encuentro anual, con carácter nacional, de amigos de los ferrocarriles en miniatura tripulados. El motivo es el estado en que se encuentran las instalaciones de la rúa da Canle, tras sucesivos actos vandálicos. «Antes cortaban árboles, ahora los arrancan, quitan letreros, levantan el bordillo de los andenes, desapareció un banco, el letrero del apeadero Foula lo tiraron y, lo más sorprendente, consiguieron arrancar un mojón de madera que teníamos anclado con hormigón», pieza que arrojaron al terreno de al lado, donde están los edificios de la futura Biblioteca, como dice Paco Boluda, uno de los alma máter del parque ferroviario.

Tanto él como sus compañeros se declaran desmoralizados. «Te ves impotente y te preguntas si merece la pena seguir así, disculpándonos todos los fines de semana con los muchos forasteros que vienen a ver este parque ferroviario único en Galicia», señala Boluda. La sensación de vergüenza al recibir a gentes de otros puntos de España puede a los responsables de Carrileiros . No hay fin de semana en el que no se registre un botellón con destrozos. El Concello limpia cada domingo por la mañana pero los desperfectos quedan allí. «No podemos hacer más nada porque te lo van a destrozar», añade este miembro activo de la asociación cuyo parque funciona desde 2002.

Sin dinero

La vía, con un recorrido de 300 metros, intentaron arrancarla, pero está bien sujeta al suelo. Los padres que van con bebés en carritos tienen dificultades para acceder por la empinada rampa. «El Concello dispone de un proyecto pero va lento», señalan desde la asociación. Y no hay más dinero para reparar destrozos y volver a empezar. El pasado fin de semana continuó el vandalismo. Los gamberros pintan persianas y las rubrican con orina. En Foula se han cansado y como la gota colme el vaso puede que los intereses de promoción ferroviaria del colectivo vayan hacia otro lado, como asiente Manuel Hernández.