Vilar de Ordelles, una parroquia del municipio de Esgos, se llena en verano con todos aquellos que viven fuera durante el año y aprovechan las vacaciones para volver a su pueblo natal. En las calles del lugar, los acentos y las distintas formas de hablar se mezclan. Asturias, Francia de norte a sur y otras partes de Galicia se unen se mezclan entre las viviencias de las familias que vienen a pasar unas vacaciones en familia y disfrutar del período estival en el interior gallego.
Agosto fue el mes elegido por los organizadores de la reunión vecinal -María Dacal y Fermín Montequín-, para celebrar la segunda edición de la comida de la amistad de Ordelles. En este mes la cantidad de personas que viven en la aldea aumenta considerablemente y por esto, que mejor que hacer una fiesta para celebrarlo, ya que durante el año no tienen la posibilidad de verse.
En el acto se reunieron vecinos y amigos para disfrutar de una jornada estival juntos. Incluso personas sin relación con Ordelles se animaron a participar en el festejo. A la sombra de unas carpas y rodeados de naturaleza, los asistentes al festín pasaron la tarde entre risas, historias y anécdotas. Acabada la comida los mayores alargaron el café varias horas mientras los pequeños corrían alrededor y jugaban bajo la sombra de los árboles de un pueblo cuya cercanía a San Pedro de Rocas le hace singular. Para muchos fue más que una simple fiesta en la que reir y contarse las anécdotas de ese año, significa tener la oportunidad de encontrarse con sus amigos de toda la vida, con los vecinos que hace más de un año que no ven e incluso con familiares. Los participantes, más de cien personas entre adultos y niños, pagaron entre 20 y 10 euros, según fuesen los mayores o los pequeños.