En Valdeorras también se detuvo la vendimia, que se verá favorecida siempre que el buen tiempo vuelva pronto
OURENSE
La lluvia caída ayer también paralizó la vendimia que el lunes comenzó en Valdeorras, siendo la primera denominación de origen que ponía en marcha la recogida de uva en la provincia. Las labores seguirán paradas hoy, pues se esperan lluvias durante las primeras horas del día; aunque está previsto que se reanuden mañana. De hecho, desde el consejo regulador su director técnico, Jorge Mazaira, explica que este agua «le viene muy bien a las cepas» y ayudará a la maduración de muchas uvas, por lo que probablemente adelantará la vendimia en otras bodegas.
También se paró ayer en la parte lucense de Ribeira Sacra, donde el lunes comenzaba la recogida Val de Quiroga. A pesar de este caso, en la denominación no se espera que se unan más bodegas antes del martes, día en el que está prevista una reunión en el consejo regulador para poner fecha para la recogida masiva. Para entonces, se espera disponer de datos más fiables de los muestreos que están llevando a cabo los técnicos en parcelas seleccionadas de las cinco subzonas. «Hai diferenzas importantes na maduración e por iso é importante valorar os resultados dos controis antes de fixar datas», explica el presidente, José Manuel Rodríguez.
Así que para la semana del 20 se espera el grueso del trabajo. Es la fecha transmitida desde los consejos reguladores de las cuatro denominaciones ourensanas, que ven en la presencia de un poco de agua un beneficio para la vendimia.
Buena si dura poco
Eso, también remarcan que es buena siempre que el tiempo levante de nuevo. Después de una sequía estival que ha castigado de forma importante a las cepas, creen que las precipitaciones pueden acelerar una maduración que este año se hace de rogar en algunas zonas.
Pero también alertan de lo que podría suponer. «O único problema é que a choiva persista e que a uva inche demasiado, pois poderían vir problemas de podredume», explica un bodeguero de Ribeira Sacra. Las condiciones meteorológicas en la recta final de la cosecha serán determinantes para valorar la calidad final de los vinos.