El Centro de Recursos Zoogenéticos tiene un banco de germoplasma contra la desaparición del ganado bobino
15 dic 2010 . Actualizado a las 10:25 h.Medio centenar de asociaciones e instituciones españolas relacionadas con el sector de las razas autóctonas debaten estos días en el Pazo de Fontefiz sobre la situación actual del sector. Galicia , y en concreto Ourense, tienen mucho que decir, ya que congregan el mayor número de especies de estas características. En el Pazo de Fontefiz, lugar en el que se encuentra el Centro de Recursos Zoogenéticos, dependiente de la Xunta, nació un encuentro que se perfila a través de dos partes. Una de ellas dedicada exclusivamente a la parte de la contabilidad de las asociación de criadores y la segunda, que se desarrollará en el día de hoy, que versará sobre los productos de las razas autóctonas.
Ourense es la cuna de las razas autóctonas de Galicia -las cinco bovinas pertenecen a la provincia- y supone la de mayor número de España. En este sentido, el secretario general de la Federación de Razas Autóctonas Españolas de Protección Especial, José Ramón Justo Feijoo, asegura que en la actualidad el 80% de las razas autóctonas de España están en peligro de extinción.
No estarían, sin embargo, las razas bovinas en peligro de extinción gracias a la existencia en el propio Centro de Recursos Zoogenéticos de un banco de germoplasma (semen y embriones) del ganado bovino autóctono -razas vianesa, caldelá, limiá, frieiresa y cachena-. «Si hubiera una catástrofe y se murieran todos, la capacidad de recuperación la tenemos», afirma Justo Feijoo.
La necesidad de mantener la razas autóctonas y su importancia dentro de una sociedad moderna viene dada por varios motivos. Uno de ellos es el estrictamente gastronómico. La desaparición de muchos sabores texturas y calidades sería una realidad con la extinción de estas razas y por otra parte está la razón medioambiental. Uno de los problemas principales en Ourense es, sin embargo, la necesidad de ampliar las explotaciones en cuanto a terrenos. «Ninguna explotación ganadera va adelante sin terreno y sin abaratamiento de los costes», explica Justo Feijoo que prevé un futuro esperanzador.