El alcalde de Laza pide «limpeza e nobreza» de cara a la campaña electoral

Cándida Andaluz Corujo
Cándida Andaluz OURENSE/LA VOZ.

OURENSE

09 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

Emotivo y agridulce. La toma de posesión como alcalde de José Ramón Barreal se convirtió en la despedida como regidor de José Ángel García, tras treinta años al frente de la corporación municipal. En un salón de plenos abarrotado, cuyas primeras filas fueron ocupadas por cargos del Partido Popular en la provincia, como el presidente de la Diputación José Luis Baltar y de su hijo y presidente del PP en Ourense, José Manuel Baltar; además de los alcaldes de Verín, Juan Manuel Jiménez Morán y el de Xinzo, Antonio Pérez, entre otros, las palabras de agradecimiento fueron las más escuchadas en un entorno poco dado a estas.

José Ramón Barreal que consideró al regidor que le deja paso como «un irmao», tuvo incluso palabras de cariño hacia los miembros de la oposición «gracias polo traballo que fixeches con nós», aunque no dudó -para referirse al respeto durante la etapa de campaña electoral- en advertir: «Pídovos que sexamos nobres e xoguemos limpo», a lo que añadió: «Vale todo contra o alcalde pero a miña familia é sagrada». Emocionado aseguró ante sus vecinos: «Xuntos imos poder face de Laza un concello mellor».

En la calle

Barreal nació en A Estrada (Pontevedra) aunque su padre es natural de Laza. Vivió en Valladolid y en los años 80 se desplazó a la tierra que desde ayer le recibe como alcalde. «Levaba tempo en política e nunca había pensado neste fin da miña etapa local», asegura. Si algo le caracteriza, dice, es que es extrovertido e inquieto. Una cualidad que le sirve para estar al pie de la calle. «Vai a ser moito traballo de rúa, pero xa era un tenente de alcalde atípico». Su trabajo se basará en la imaginación, «para superar estos tempos de crise».

José Ramón Barreal ha ocupado el puesto de teniente alcalde del concello, que compaginó y seguirá compaginando con el de jefe de los servicio contra incendios de Laza y Verín. Trabajó en los cuerpos de seguridad del estado, en el hospital de Verín y en la administración local. Su pasado como mercedario descalzo forma parte de su personalidad, visible en sus últimas palabras: «Perdonai se faltamos en algo».