Vilamoure cuelga en el Simeón sus «retratos manipuladores»
01 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.En la sala 2 -de la primera planta- del Centro Cultural de la Diputación y hasta el próximo día 15, expone el pintor Xosé Vilamoure (1967, Ourense, con taller en Vilamoure, Punxín), bajo el título Tres, dous, un ? Malvasía cabecibranca euroasiática e outros retratos. Ya en este título empieza la broma, en una clave satírica no se sabe si amable o corrosiva, que recuerda las series Tríptico negro de Francis Bacon y, más allá en el tiempo, las pinturas negras de Goya. Son tres las series que componen la muestra. La primera serie lleva por título, en una aducción un tanto desconcertante, Taschen. Es éste el nombre de una editorial fundada en la ciudad alemana de Colonia en 1980 por Benedikt Taschen; editorial mundialmente conocida, sobre todo por sus libros de arte de gran calidad y frecuentemente muy bajo precio. Pues bien, esta primera serie está formada por cinco retratos digamos normales, entre los que destacan el de Walter Dexel, muy bueno, y el de Werner Tübke, que presenta a un señor muy serio y muy trajeado, sentado en una butaca gigantesca con los pies desnudos. Entre los retratos de la segunda serie, titulada Ollo Ledo (que se puede traducir aquí concretamente como Ojo divertido), hay un retrato de grupo -pero de grupo de clones- titulado Susana (70 por 100 centímetros, técnica mixta, 2007), que es como un chiste bufo. Y la tercera serie, en fin, se titula Malvasía cabecibranca euroasiática. Como es sabido, la malvasía toma el nombre romance de una ciudad del Peloponeso -llamada genuinamente Monembasía-; y es tanto una uva como un vino derivado de la misma que son muy dulces. Ahora bien, esta serie está dedicada a los animales.
Hombres con cabeza de animal
El artista explica así en el catálogo de la exposición su tercera serie: «Sempre tiven certa obsesión polas máscaras, pola manipulación de realidades. A serie dos animais é a tristura que me produce a relación dos homes e mulleres co seu entorno... En fin, un retrato é algo máxico, enciclopédico, manipulador, un feito cirúrxico». Esta serie retrata animales pero sobre todo personas humanas con cabezas de animales. Y parece un alegato ecológico a favor de los animales, especialmente los de especies en desaparición. A mí me recuerda uno de los frescos de la Villa de los Misterios de Pompeya. Pero, más allá de eso, me recuerda la iconografía de la mitología egipcia en que muchas deidades están representadas con cuerpo humano y cabeza de animal inferior. También me recuerda, en suma, la mayoría de las fábulas de Esopo, que reflejan conversaciones y acciones entre animales. Y también, por otro ejemplo, las fábulas de Jean de la Fontaine, quien decía: «Me sirvo de animales para instruir a los hombres». Y no es sólo el género literario de la fábula el que así se expresa. Pío Baroja a su vez alegó: «El hombre: un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo». Hay algo que ahora quiero decir: uno de los retratos representa muy desafortunadamente a un hombre con cabeza de mono revestido de modo inconfundible con el atuendo papal. Es una injuria injusta y gratuita a lo santo. Creo que debo decirlo, sintiéndolo sinceramente por el artista.
Exposiciones
Entre las individuales están: Casa da Xuventude, Ourense, 1997; Café Cultural Auriense, Ourense, 2003; Pub Modus Vivendi, Santiago de Compostela, 2003; Galería Visol, Ourense, 2005; Galería Clérigos, Lugo, 2006; Medulio-Trisquel, Tui, Ponevedra, 2007; Galería Jadeco, Vilagarcía de Arousa, 2008. Y entre las colectivas: Casa da Xuventude, Ourense, 1985; Casa da Parra, Santiago de Compostela, 1989; Museo Arqueolóxico, Ourense, 1990; Galerías Sargadelos -itinerante-, 2001; Centro Cultural de la Diputación, Ourense, 2003 y 2005; Vilanova da Cerveira, O Porto, Portugal, 2004; Galería Clérigos, Lugo, 2005-2008; Medulio-Trisquel, Tui, Pontevedra, 2005 y 2006.