Vanesa es menor de edad y quizás antes de lo esperado aprenderá aquello que seguramente ya ha tenido que leer de boca del Quijote de Cervantes: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida». La jugadora del Pabellón no es libre y seguramente un contrato legal la ate al lugar en donde no quiere estar y lo que es peor, en donde no la quieren. Los desencuentros entre dos clubes pueden frustrar la carrera de una joven, menor de edad. Si el Concello de Ourense fuera parte de este embrollo de desencuentros debe actuar, no en vano el deporte debe fomentar los mejores valores entre los que lo practican. Ese es el fondo. Los contratos aquí son papel mojado.
A tres bandas los entresijos del deporte femenino